"El ser humano sufre más en pensamiento que en realidad". -Séneca
Nada, absolutamente nada de lo que pasa por nuestra mente es la realidad, sino la representación subjetiva de las cosas que experimentamos a través de nuestros sentidos en un momento dado. Con un cerebro cuyo mecanismo son las predicciones para atender cada situación con base en aprendizajes— vivencias, significados, ideas, entendimientos subjetivos y conceptos abstracto— para darle sentido a las cosas. De alguna manera estamos atados al pasado, mas esto no nos determina, sino que nos señala un punto de partida, en el sentido en que podemos actualizar nuestros aprendizajes y consecuentemente cambiar la experiencia presente. Eso sí, dado esta condición, creer que somos dueños de la verdad absoluta es demasiado pretensioso para una especie falible como la nuestra. Una especie que está lejos de la verdad. Pero, ¿qué...
Uno de los comunicadores más famosos de la historia, el padre de la filosofía occidental, el mentor imaginario de muchos y el ideal del sabio para los Estoicos. Ese fue, Sócrates, el histórico personaje ateniense que aparece en la gran mayoría de los diálogos platónicos— cuestionando, retando y persiguiendo la verdad. Hasta morir condenado a beber la cicuta por los 30 tiranos de Grecia.
Para Sócrates la meta siempre fue la verdad, y era desde la ignorancia que él se veía motivado a perseguirla. Él no solo andaba en busca de la verdad sino que cada día la buscaba con mayor humildad.
Sócrates siempre iniciaba sus conversaciones desde un estado de “no sé” y terminaba en el estado de, “no sé”. El viaje de sabiduría pasaba de una pregunta a otra y no, de una pregunta a una...
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