"El fin de la vida de un rosal es llegar a actualizar todo su potencial: que su hojas se desarrollen bien y que su flor sea la rosa más perfecta que pueda nacer de su semilla. El jardinero sabe que, para alcanzar este objetivo, debe seguir ciertas normas conocidas por experiencia. El rosal necesita un tipo especial de tierra, de humedad, de temperatura, de sol y sombra. A él corresponde procurárselo, si quiere conseguir buenas rosas. Pero, incluso sin su ayuda, el rosal trata de satisfacerse un máximo de necesidades. No puede modificar en nada la tierra y la humedad, pero puede inclinarse hacia el sol, si tiene la oportunidad." -Eric Fromm
Ser lo mejor que podamos ser es una condición de la naturaleza. Dadas las circunstancias, así como las rosas, así los animales. En diferentes condiciones y circunstancias tenemos la oportunidad de satisfacer nuestras necesidades. El truco para un ser racional como nosotros, es hacer uso de...
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