Los seres humanos vivimos en un dilema constante: pertenecer y sobresalir, porque mientras que nos gusta satisfacer nuestra necesidad de conexión con las personas o grupos con quienes nos identificamos, también nos gusta ser reconocidos por el progreso individual o nuestra opinión personal.
Los grupos de personas que se parecen a nosotros nos pueden resultar sumamente atractivos porque refuerzan nuestras creencias, ideas, narrativas y opiniones con respecto al mundo. Creamos en nuestro mapa de la mente una categoría llamada “nosotros”. Ser parte de “nosotros” significa comodidad para nuestro cerebro que utiliza mucha energía en los ambientes desconocidos para asegurar nuestra supervivencia.
Individualmente estamos propensos a caer en dos sesgos cognitivos que se refuerzan con las interacciones entre “nosotros”. Uno de ellos es, el sesgo de la polarización, que nos hace dividir el...
50% Complete
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit, sed do eiusmod tempor incididunt ut labore et dolore magna aliqua.