The Mind Blog

Reducir todo lo sucedido en un año a una única lección, resulta retador si me pongo a pensar en 365 días, pero, por alguna razón hubo algo que estuvo saltando en mi consciencia constantemente. Creo que la vida nos ofrece una oportunidad, si la tomamos, para actualizar nuestros pensamientos y convertirlos en potenciales, es decir en realidades.

El 2023 para mí personalmente fue maravilloso. Sobre todo porque me di a la tarea intencional de expandir mi zona cómoda, sometiéndome a diferentes practicas de incomodidad voluntaria como el ayuno intermitente, el ayuno prolongado y las inmersiones en hielo. Lo que sucedió en cada actividad lo pude trasladar a otras áreas de mi vida y así manifestarlo en mis proyectos; en especial, en la Certificación de Líderes en Comunicación Humana, que tomé como objeto de observación por más de seis meses para compartirla con el mundo,...

Al momento de escribir este artículo estoy escuchando el disco Dandelion de mi grupo costarricense favorito: "Time's Forgotten", estoy tomando un dedo de un whisky japonés increíble llamado Hibiki, con unas notas dulces espectaculares y mucho, mucho cuerpo, vengo de entrenar jiujitsu en la noche y por más que planeé dormir temprano pudo más mi necesidad de crear y compartir. Se viene a mi mente la frase de la película "Into the Wild", "la felicidad no existe si no se comparte" y el conocimiento me hace feliz.

Como dijo Ragnar Lodbrok: "Odín dió un ojo por la sabiduría y yo estoy dispuesto a mucho más".

Este año fue súper especial en mi lectura. Se mantiene mi mayor motivación de leer para tener más y mejores herramientas para apoyar a las personas con quienes me relaciono(Si no viste mi artículo sobre mis libros favoritos del 2018, te invito a revisarlo).

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