Reducir todo lo sucedido en un año a una única lección, resulta retador si me pongo a pensar en 365 días, pero, por alguna razón hubo algo que estuvo saltando en mi consciencia constantemente. Creo que la vida nos ofrece una oportunidad, si la tomamos, para actualizar nuestros pensamientos y convertirlos en potenciales, es decir en realidades.
El 2023 para mí personalmente fue maravilloso. Sobre todo porque me di a la tarea intencional de expandir mi zona cómoda, sometiéndome a diferentes practicas de incomodidad voluntaria como el ayuno intermitente, el ayuno prolongado y las inmersiones en hielo. Lo que sucedió en cada actividad lo pude trasladar a otras áreas de mi vida y así manifestarlo en mis proyectos; en especial, en la Certificación de Líderes en Comunicación Humana, que tomé como objeto de observación por más de seis meses para compartirla con el mundo, expandir nuestro mensaje y escalar nuestro negocio. He aprendido mucho sobre mí mismo y de mi oficio.
Por aquí te dejo un artículo que escribí luego de ayunar por 96 horas. Y aquí está un artículo en el que hablo sobre la incomodidad voluntaria y las inmersiones en hielo.
Este año significó tuve una gran conexión con mi propósito, con un fuego intenso como el que sentía en un inicio, cuando lo que tenía en frente era un universo infinito de posibilidades y hoy lo siento igual. Pero sobre todo, me llevé una lección muy valiosa que quiero compartirte.
Hay momentos en que experimentar es más importante que entender. Y estos momentos suelen ser la mayoría.
La palabra clave es, integración. Mi mayor lección ha sido conocer el poder de transformar ideas y pensamientos en realidades. No porque crea que existe una realidad definitiva, sino más bien por el reconocimiento de la condición humana de saber más de lo que realmente ponemos en práctica.
El hecho de haberme expuesto a experiencias que me han sacado de mi zona de confort, me ha ayudado a sentir más vivas en mí ideas relacionadas a la disciplina, la aceptación, el libre albedrío, la empatía e ideas sobre la alimentación.
Es difícil poner en palabras esta lección que tiene más relación con el sentimiento que con la razón— con la integración que con los entendimientos. Pero definitivamente aprendí a valorar la experiencia sobre la razón. Y si pudiera dejarte una reflexión, que pudieras accionar. Creo que la clave está en darte permiso de tener experiencias retadoras con la intención de expandir tu zona cómoda y de esta manera ofrecerle a tu cerebro una oportunidad para construir nuevos caminos neuronales. Después de todo, el ser humano aprende por intensidad— luego del estrés deliberado viene la integración.
Después de cada actividad significativa, procurá sacar un espacio para atesorar las lecciones. Pues el proceso de integración sucede cuando te regalás tiempo para pasar lo aprendido, de la mente a tu sistema nervioso. Convertí cada entendimiento en una creencia; así mismo en una decisión, un sentimiento y finalmente en una acción que manifieste los principios que te guían en la vida.
Jorge
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