“Tu alma se tiñe del color de tus pensamientos” - Marco Aurelio
Estamos en la era de la información— la información inmediata y no solicitada— y esto implica que existe una batalla constante por captar nuestra atención. Una de las cosas más tristes es que la mayoría de nosotros no nos damos cuenta que estamos siendo influenciados(aunque parezca obvio cuando lo leés) por lo que las redes sociales nos muestran.
En el 2005, la BBC reportó que un hombre murió en Korea del Sur luego de pasar cincuenta horas seguidas jugando el línea. Y este no ha sido el único caso. En el 2014, The Guardian publicó la noticia de una pareja que abandonó a su bebé de tres meses muriéndose de hambre, mientras ellos criaban a su bebé virtual en un internet café. En Japón, ya existe una etiqueta para esto, “hikikomori”, la generación perdida, la juventud invisible— en referencia a casi un millón de adolescentes que han decidido encerrarse en sus cuartos aislándose del mundo real para dedicarse a las aventuras en línea. -Extracto del libro, “The Future is Faster Than You Think de Peter Diamandis y Steven Kotler”
Las redes sociales están diseñadas perfectamente para ser atractivas, entretenidas y adictivas. ¿Por qué?, porque de esta manera se ganan tu atención. Vos no te das cuenta y mientras flujos de dopamina “barata” se disparan en tu organismo provocándote pequeñas dósis de placer e insatisfacción constante y simultánea, te dejás llevar en una espiral que te atrapa y te sostiene por la mayor cantidad de tiempo posible. ¿Te alarma escuchar de las personas que por jugar video juegos han abandonado su vida social, hasta la muerte? ¿No podés creer de las parejas que por enfocarse en su vida virtual han olvidado a su bebé recien nacido? En realidad tus hábitos inconscientes con tu teléfono inteligente no están tan lejos de estos casos.
Te levantás y ¿qué es lo primero que hacés? ¿Qué tanto estás valorando tu paz mental? ¿Te has dado cuenta de el estado de tu mente luego del descanso? ¿Qué tanto has descansado? ¿Cuál ha sido la calidad de tu sueño? Ah sí, lo último que hiciste antes de dormir fue, ver tu teléfono— lo mismo que probablemente harás esta noche. Definitivamente, somos presas como dijo Yuval Noah Harari, “de los gigantes de la tecnología en línea que tienden a ver a los humanos como animales audiovisuales— un par de ojos conectados a diez dedos, una pantalla y a una tarjeta de crédito”. Es triste, porque aunque tu intensión sea ser soberano de tu vida, tomar tus propias decisiones, manifestar tus gustos a través de tu “look”, tener ideas propias y escuchar la música que llena tu alma, estás condenado a ser influenciado por todo aquello a lo que tu mente le preste atención. Este torbellino constante de información tiene un impacto directo a tu calidad de vida emocional; tu gozo o tu sufrimiento. Vos sabés que tu insatisfacción con tu situación actual tiene que ver con la comparación social— tenemos más fuentes de status que nunca— y la única manera de superarlo es reconociendo que quizás ya tengás suficiente, aún cuando sea menos que quienes te rodean. Y, ¿cuál es la medida de la riqueza?, “saber lo que es necesario y cuánto es suficiente”, le dijo Séneca a Lucilo.
Cuando inicié mi camino intencional para alcanzar mi mejor versión, la primer lección que aprendí es que mi calidad de vida depende de la calidad de mi mente. Para aprender efectivamente, para crear, para gestionar mis emociones, para trabajar con mi máximo rendimiento, para tener las mejores relaciones, todo esto depende de qué tan presente pueda estar. Y, ¿qué tiene que ver estar presente con mi caso en contra del uso indiscriminado de la tecnología y las redes sociales?, pues mucho.
Puedo seguir, pero mi objetivo no es saturarte con argumentos sino mostrarte la puerta y ya a vos te corresponderá pasar por ella. Si es necesario investigá más, tomá acción lo antes posible para encontrar tu píldora roja.
En Neurosemántica decimos que existen dos tipos de mecanismos de motivación: acercamiento y alejamiento. Para mí, tener un uso responsable e intencional de la tecnología es importante por que me acerca directamente a mi mejor versión y me conecta con mi mayor valor: estar presente. Y como alejamiento, detesto— rechazo por completo— la idea de que alguien o algo más esté decidiendo en qué debo pensar, qué debo comprar, cómo me debo ver, qué debo decir, qué música escuchar, etc. Estas son las razones por las que hace años decidí no tener notificaciones encendidas en mi teléfono y durante las primeras 2 a 3 horas de mi día estar desconectado del teléfono. Valoro mucho mi mente, y cada día al amanecer la tomo como mi lienzo en blanco— quiero ser yo quien crea mi obra maestra. Prefiero por mucho, inspirarme en la pequeña anécdota de Sócrates paseándose por el mercado Ateniense diciendo por los pasillos: “¡qué montón de cosas que no necesito!”, esto me parece virtuoso.
Ojalá que seas capaz de usar la tecnología y no que ella sea la que te use. Recordá que la tecnología es la herramienta que las grandes corporaciones quieren que utilicés de formas particulares y por largos períodos de tiempo, porque así es como ganan dinero. "Si tu enfoque está en los externos vas a ser revolcado de un lado a otro por tu dueño, ¿quién será tu dueño?, quien controle lo que te gusta y lo que no te gusta”, dijo Epicteto en sus discursos.
Jorge
Si querés nutrirte y descubrir ideas increíbles que me han ayudado a despertar y convencerme para salir triunfante en la batalla de la atención, te recomiendo las siguientes fuentes de referencia:
Libros:
Podcasts:
Huberman Lab Podcast, Andrew Huberman:
https://open.spotify.com/episode/743oX1h8cJGminlkMKtNQQ?si=5e4547a154494ce3
Revisionist History, Malcolm Gladwell & Adam Grant Debate: https://open.spotify.com/episode/6pAOyN5kzjA0B76Xu7roGr?si=e988a70a894641cc
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