“Todo lo que escuchamos es una opinión o un hecho. Lo que vemos es una perspectiva y no la realidad” -Marco Aurelio
Muchas veces se nos olvida qué tan responsables somos de nuestras experiencias personales y emocionales. Nos dejamos llevar por nuestras impresiones, es decir, por la opinión primaria de las cosas. Olvidamos que las palabras son solo palabras, que hay cosas que solo existen en el plano de la mente y que nadie en el mundo comparte nuestros mismos recursos para interpretar la realidad. ¿Cómo hacemos para lidiar con el principio de “todo es opinión” sin caer en el relativismo? ¿Qué significa esto? ¿Por qué es importante tomarlo en cuenta?
Nuestra condición humana es limitada— limitada en el sentido de que tenemos los sentidos con los que recibimos y absorbemos información del mundo externo, y al mismo tiempo la interpretamos basados en nuestra experiencia de vida personal— individualmente hacemos nuestro mejor intento por entender las cosas y vivir funcionalmente. Cada quien hace lo mejor que puede con lo que tiene. Si basados en lo que conocemos interpretamos la información que es filtrada por nuestros sentidos, ¿qué tan fiel puede ser nuestra opinión? Sinceramente, no mucho. Nuestra opinión es necesariamente subjetiva y relativa, por lo que creerte tus ideas, las historias que te cuentan y, creerte tus opiniones resulta ser una estrategia que te impide saber lo que no sabés.
Que todo lo que se diga es una versión de la realidad— es una interpretación de algo sucedido, es una perspectiva más sobre las situaciones. Que una opinión es una explicación subjetiva con base en entendimientos, conceptos abstractos, categorías culturales, ideas personales, creencias y por supuesto significados sobre algo que se escuchó, se vió, se sintió, olió o degustó. Todas las explicaciones que tenemos son opinión, todas las historias que escuchamos son opinión.
Es importante recordar momento a momento que con las palabras que elegís— y el significado que les has asignado consciente o inconscientemente— estás creando tu experiencia de la realidad y que inevitablemente al hacerlo estás eliminando información— distorsionando lo que es y generalizando con tus creencias. Como ser lingüístico y semántico, la riqueza de tu vocabulario tiene una relación directa con tu capacidad de pensar. Si lo que estás haciendo es un intento para explicar algo, es lógico recordar que lo que alguien más está opinando es solo un intento subjetivo que ha pasado por el mismo proceso limitado. Entonces, lo que digan de vos es solo opinión, lo que digás de otros es solo opinión, los puntos de vista de cada quien son solo opinión, las explicaciones sobre las cosas son solo opinión.
“No es suficiente con ser golpeado o insultado para ser herido, vos tenés que creer que estás siendo herido. Si alguien tiene éxito al provocarte, date cuenta de que tu mente ha sido complice de esto." -Epicteto
En este plano físico las cosas que se pueden medir consistentemente y los patrones que se repiten en la naturaleza nos hacen saber que existen cosas que son reales y no meramente opinión. Si utilizamos el lenguaje basado en los sentidos y somos responsables del uso del lenguaje basado en evaluaciones y conceptos abstractos, podríamos acercarnos a interpretaciones más fieles de la realidad. Los filósofos han hablado de verdades verdaderas para construir argumentos que se sostengan con ideas válidas. Creo que para no caer en el relativismo y no llegar al nihilismo— careciendo de interés y pasión por la vida— sería una gran idea empezar a ejercitar nuestro músculo de pensamiento crítico y construir opiniones sólidas. Si existe “la verdad”, mas no es suficiente con que vos creas que es cierta. Tu opinión no es la verdad es solo tu verdad.
Cuando tu argumento esté fundamentado en un conjunto de premisas verdaderas que soporten el escrutinio de la lógica, entonces, tendrás una verdad verdadera. Existen muchos pensamientos válidos y otros inválidos, el reto está en construir argumentos coherentes basados en pensamientos válidos.
Por ejemplo:
Válido
***Por lo tanto, yo soy una persona.
Inválido
*** Por lo tanto, Sócrates es feliz.
Válido
*** Por lo tanto, Luisa es un bebé.
Inválido
*** Dios no existe.
Si definitivamente, aveces, no conviene creerse cualquier opinión podemos recordarnos a nosotros mismos que tampoco estamos obligados a tener una, con respecto a todo. Nuestra experiencia humana está directamente relacionada a nuestra capacidad para explicar los fenómenos que ocurren en nuestro mundo interno y el mundo externo y, el reflejo de nuestras opiniones es la calidad de nuestra vida.
Jorge
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