Reflexión para Enfrentar Expectativas

Naturalmente e inevitablemente los seres humanos nos encontramos constantemente creando expectativas sobre la realidad para alcanzar una sensación de comodidad y ser funcionales en el mundo. 

El asunto es que el mundo no cumple nuestras expectativas, y tampoco tiene por qué cumplirlas, y entonces, nos duele. El dolor es parte de la vida misma y debemos aceptarlo, reconocerlo y enfrentarlo para crecer, el asunto es que cuando no reconocemos que nuestras expectativas no deben de ser cumplidas y que el dolor es parte del proceso, creamos historias que nos generan sufrimiento. 

Es interesante que conforme nos acercamos a fechas festivas nuestra mente comienza a generar expectativas y crear pensamientos correspondiente. Estos pensamientos pueden ser pesimistas o bien, por el contrario súper optimistas. El asunto es que ambas vías nos quitan energía para vivir el momento presente. 

"Ellos pierden el día esperando la noche, y la noche esperando el amanecer"

- Séneca

Muchos creerán que le momento presente no es el más agradable, pero no se dan cuenta de que lo que no les hace agradable esta situación no es lo que sucede, sino lo que piensan sobre lo que sucede. Es que cuando creamos expectativas nos exponemos a que la realidad, nos tome como sus títeres. Y es que cuando vivimos como víctimas y desde el pesimismo, peligramos con que nuestra favorezca y fortalezca esta posición como una profecía auto-cumplida. Entre tanto, perdemos energía y nos perdemos la vida sufriendo por lo que no existe, es decir, lo que ya pasó o lo que ha de pasar.

Nuestras emociones nacen a partir de enfrentar nuestras expectativas versus la realidad. 

A estas alturas, ¿qué expectativas sólidas podríamos tener para el fin de año o cualquier otra festividad?

Muchos sabrán y aceptarán que lo que podríamos esperar es que vayamos a hacer pequeñas actividades, cenas y celebraciones que cumplan con los protocolos de salud. Será algo nuevo para muchos. Desde mi perspectiva, será una gran oportunidad para conectar con los más cercanos, amar más, hablar más, contar más historias y agradecer más. 

Los seres humanos sufrimos cuando nos dejamos llevar por los pensamientos del tiempo psicológico; el pasado y el futuro, en el primero existen los estados de tristeza o amargura, y en el segundo los de ansiedad y miedo. Solo cuando aceptamos lo que es, lo que sucede como un regalo, empezamos a vivir el momento presente, o sea, la vida. 

Si nos permitimos habitar en nuestros pensamientos automáticos, nuestro cerebro apaga la posibilidad de ejecutar, por ello es muy importante hacer una pausa, decidir tu objetivo, ¿qué es lo que me gustaría lograr?, y planificar, ¿cómo lo voy a hacer?. 

El truco está en dejar de creernos víctimas y más bien hacernos responsables de nuestra felicidad, la cual solo existe en el momento presente, conectando con lo que es, aceptando el destino, observando la realidad desde la gratitud, esperando por lo mejor y preparándonos para todo. 

"La riqueza no le pertenece a quien cree tenerlo todo, sino a quién no necesita nada"

- Séneca

Jorge