Estar presente como hábito

¿Sabés? Tu problema de productividad así como tu ansiedad o frustración están relacionados a no haberte entrenado para estar presente.

 

“Quien están todas partes, está en ninguna parte” -Séneca

 

¿Qué significa estar presente? Pues, estar presente quiere decir estar en un lugar y momento físicamente y con tu atención plena en una sola cosa. Y en este contexto, de presencia total de mente y cuerpo, es cuando tenés a tu disposición tus mejores recursos. La historia nos dice que nadie ha logrado algo demasiado relevante por estar haciendo algo mientras piensa en otra cosa.

Tenemos una mente increíble capaz de imaginar y crear, recordar y aprender, mas estas mismas ventajas se pueden volver en nuestra contra si no somos capaces de enfocarnos intencionalmente en dirección a nuestros objetivos, según sea nuestra voluntad. Porque así como podemos imaginar posibilidades fantásticas de todo aquello que no existe aún, podemos anticiparnos a los más terribles escenarios que nunca ocurrirían. Con nuestra mente podemos creernos la historia que nos contamos sobre una lectura de mente que hicimos sobre las intenciones de los otros provocando una experiencia emocional limitante y abrumadora. También podemos utilizar la memoria para transportarnos a un recuerdo que nos traiga confort o inspiración, o para revivir un momento traumático o deprimente que nos quita la energía para avanzar y tener una clara perspectiva de las infinitas posibilidades que nos ofrece la vida. “El ser humano sufre más que en pensamiento que en realidad”, parafraseando a Séneca.

 

¿Entrenar la mente para estar presente?

Creo que la simple idea de que pueda ser entrenable, lo vuelve posible. Y sí, es que, podés tener prácticas diarias que te ayudarán a mejorar tu capacidad de estar presente en mente y cuerpo. Después de todo, imagino que querrías tener a tu disposición tus mejores recursos para atender lo que sea que tengas en frente. Porque si querés ser mejor hermano, líder, madre, profesora, emprendedora, esposo, atleta; si querés mejorar tu memoria, aprender más rápido, superar tus miedos o limitantes, si querés dormir mejor, gestionar inteligentemente tus emociones, etc. La clave está en tu capacidad de dominar tu atención, es decir, hacer una sola cosa y que esa una sola cosa sea el enfoque de tu mayor intención.

 

Tres maneras de fortalecer tu músculo de atención

  1. Por 10 minutos sentarte en compañía de vos mismo. En un inicio puede ser sumamente retador, tu mente va a estar en un estado de alerta y buscará la forma de entretenerse con cualquier cosa. Decía Blaise Pascal que, el problema del ser humano está en “no poder sentarse en un cuarto a solas sin hacer nada”. Es por ello que resulta una buena idea, elegir un objeto de atención, que puede ser un sonido, una canción, una sensación en el cuerpo, un adorno, un paisaje. El objeto de atención será tu referente sensorial durante los 10 minutos de entrenamiento.
  2. Tener una rutina mañanera como experiencia meditativa. Cuando hablo de experiencia meditativa es cualquier actividad que podás hacer con total presencia y atención. Por ejemplo: prepararte un café, salir a caminar, meditar, hacerte un té, leer, escribir, ducharte, hacer grounding, estirar, hacer movilidad, etc. Es fundamental que sea lo primero que hacés porque de esta manera te estarás programando para tomar soberanía de tu mente y no entregarlo a merced de las demandas externas; correos, mensajes, tareas del trabajo, peticiones de tus familiares, etc.
  3. Evitar cualquier demanda de atención externa en tus primeros momentos del día. Personalmente, evito los dispositivos electrónicos durante las primeras 3 horas del día, sobre todo aquellos que demandan mi atención por medio de notificaciones, distractores o tentaciones con gratificación inmediata. Si querés dominar tu músculo de atención es necesario que tomés el control de lo que podés controlar y no confíes demasiado en tu fuerza de voluntad, es mejor tener fuera de la vista todo aquello que te pueda alejar de tu objetivo y esta es una regla esencial de todo cambio de hábito. Te invito a tomar al menos la primera hora de tu día como tu espacio sagrado y dejarte maravillar por los resultados increíbles a nivel de energía y emocionales.

 

Estar presente no implica desaprovechar tus capacidades humanas y tus poderes mentales sino más bien hacer uso intencional de ellos. Tampoco significa conformarse con el “status quo” sino utilizar de la mejor manera posible las cartas que te haya entregado el destino y continuar avanzando en dirección tus metas. Estar presente no se trata de no tener expectativas, es más bien, hacerte responsable de ellas y no caer víctima de las historias que te hacen creerte que el mundo y/o las personas a tu alrededor de alguna manera tienen que satisfacer tus necesidades. Es que aún cuando las cosas parezcan no favorecerte, tenés la oportunidad de reagrupar tu energía volviendo al momento presente para encontrar el tesoro que andabas buscando y darte cuenta de que, aquí y ahora todo está bien.

Jorge

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