Los humanos no podemos no responder a preguntas. Es como si de alguna manera nuestro cerebro estuviera diseñado para encontrar las respuestas y atar los cabos de todo aquello que nos intriga. En las preguntas existe el comienzo de toda creación y el proceso depende de la calidad de las interrogantes que nos hagamos. Mucha certeza limita nuestras opciones, pues, es contraria a la curiosidad que estimula nuestra capacidad de hacer preguntas.
¿Cuál es tu relación con las preguntas? ¿Qué tipo de creencias has asociado a tu capacidad para hacer preguntas? ¿Qué tanto te sentís en conexión con la curiosidad cuando interactuás con el mundo y los otros? ¿Cuál es tu repertorio de preguntas en lo cotidiano? ¿Cuáles ideas saltan en tu mente cuando pensás en hacer preguntas a las personas que te rodean?
Si querés tener una buena experiencia humana en interacción con los demás, necesitás hacer mejores preguntas. Recordá que las preguntas son la llave para accesar al mundo de las otras personas. Y, a las personas les gusta saber que te interesa su mundo. La clave está en ser consciente del tipo de preguntas que estás haciendo pero sobre todo, de la intención con la que las estás haciendo.
Las preguntas abiertas buscan información amplia de parte del consultado, es decir, las respuestas esperadas son desarrolladas y cargadas de detalles que no sabemos. El cuidado que debemos de tener a la hora de hacer preguntas abiertas es, no hacerlas demasiado abiertas.
Por ejemplo: ¿Qué pensás de la situación en el mundo? versus, ¿qué pensás de la representación femenina en puestos de liderazgo hoy en día?. Ambas son abiertas mas una resulta más "aterrizada" que la otra.
La clave está en la intención, ¿para qué querés hacer la pregunta? ¿Qué información te gustaría obtener de tu interlocutor?
Las preguntas cerradas ayudan a dirigir la energía de la conversación. Nos permiten tomar decisiones, verificar entendimientos y reducir la brecha de ambigüedad. Pero su lado oscuro es que pueden presentarse con juicios marcados que generan resistencias en la comunicación. Dependiendo de la intención y el tono son el tipo de preguntas que pueden percibirse como "agresivas".
Preguntas de Verificación: Sirven para aclarar entendimientos pues presentan el mensaje escuchado en forma de pregunta. Un entendimiento tentativo. Esto hace saber a la otra persona que está siendo escuchada y además, le ofrece una oportunidad para aclarar cualquier mal entendido. Ej.: Me estás contando que ayer fuiste a la montaña a caminar y meterte en una catarata ¿es así?
Preguntas de decisión: Estas preguntas son necesariamente cerradas pues presentan opciones limitadas. Ej.: ¿Querés chocolate caliente o frío?
Preguntas retóricas: Esta forma de pregunta aunque muy popular, se suele percibir como una pregunta agresiva, pues contiene marcos específicos de referencia y pretende obtener una respuesta específica de parte del consultado.
Ej.: Luego de un error cometido, alguien pregunta: "¿qué es que no pudiste enfocarte a la hora de hacer ese reporte?"; ¿cómo vas a comprar esa marca de vehículo?; ¿tenés algún problema con tu equipo?; ¿vos creés que yo no me doy cuenta de lo que estás haciendo?, etc.
Pero las preguntas retóricas pueden resultar altamente seductoras en un contexto adecuado. Como cuando se cierra un discurso o presentación. Por ejemplo: "Entonces, ¿vas a ser parte del cambio a partir de ahora?"; "¿Y, no creés que es momento de actuar en dirección a tus sueños?"
Los líderes debemos ser maestros de las preguntas. Recordá que un ser humano tiene un cerebro que no puede no responder a preguntas. Eso sí, la calidad de la información que obtengás está directamente relacionada a la calidad de tus preguntas. Y la clave está en la intención.
María, es una manager de un proyecto. Ella tiene un rol clave en los objetivos de la organización. Normalmente un PM se mueve en diferentes equipos de trabajo, los cuales están compuestos de más actores. Entre ellos más líderes dentro de departamentos de la organización. Para hacer su trabajo de forma efectiva, María debe asegurarse de que se cumplan los objetivos con "deadlines" específicos. Pero ella depende de otros; personas en diferentes posiciones horizontales y verticales en el esquema jerárquico.
¿Cómo puede María hacer su trabajo de forma efectiva?
Ok, si su trabajo consiste en cumplir objetivos. Ella puede optar por "molestar lo menos posible" a los involucrados, pues imagina que están muy ocupados. Sobre todo cuando se trata de fechas de entrega cortas(2-4 días). Y por ende, asumir más tareas de las que le corresponden y trabajar unas cuantas horas extra.
Pero existen más opciones, y ellas dependen de sus preguntas. Preguntas para verificar, para toma de decisiones, para precisar, aclarar, involucrar, reflexionar, etc.
Por ejemplo:
Llamada- María:
Hola Pedro, ¿cómo estás? Te llamo para hacerte saber de un requerimiento que me acaban de hacer sobre le proyecto X. Debo entregar mañana a las 5pm un reporte sobre el KPI "Z" y ocupo de vos "tal dato", ¿creés que me lo podás entregar hoy a las 4pm?
Correo- María:
Buenas tardes Mauricio,
Espero que estés muy bien. Te cuento que nos adelantaron la reunión de la próxima semana y ya no será jueves, sino martes.
En la presentación requerimos detallar la evolución de los KPI X, Y, Z en el transcurso de 6 meses para atrás.
De tu parte requiero que vayas al slide 4 y dejés un comentario corto respondiendo a la pregunta: ¿qué factores externos imprevisibles afectaron nuestro mercado en los últimos 6 meses?
Gracias.
Las preguntas son pieza fundamental de nuestra comunicación y estoy seguro de que no solo requiere de consciencia y práctica sino también de hacer un trabajo interior para romper creencias limitantes con respecto a las preguntas como recurso.
Para muchas personas las preguntas como concepto despliegan entendimientos y recuerdos tóxicos que impiden accesar a la curiosidad y entablar relaciones de confianza para construir realidades compartidas.
En una sociedad que premia más el conocimiento que la humildad, hacer preguntas parece ser un acto de rebeldía pero más bien es una muestra de empatía— "Yo solo sé que nada sé", pero quiero saber cómo vos ves el mundo.
Entonces, ¿qué vas a elegir? ¿seguir gastando energía en conjeturas o promover realidades compartidas con preguntas genuinamente curiosas?
Jorge
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