"¿Por qué en un momento de riqueza sin precedentes, libertad, progreso tecnológico y avances médicos, parece que somos menos felices y que estamos en más dolor que nunca? La razón por la que somos tan miserables es que estamos trabajando muy duro para evitar estar miserables." -Anna Lembke, MD, Dopamine Nation
Podría sonarte a masoquismo la idea de perseguir el dolor, pero lo que no sabés es que es parte de nuestra naturaleza y en un momento de la historia en el que gozamos de sobre abundancia y excesivo confort, no sería de extrañarnos que, aún así, muchos no logremos disfrutar de las pequeñas o grandes cosas de la vida. Es por ello que hoy más que nunca debemos aprovechar nuestras ventajas para conocernos y tomar decisiones conscientes, dejar de entregar nuestra atención al entretenimiento, a la distracción, a los resultados y al ruido de las masas. Si querés ganar resiliencia y gozar de la vida, sorprenderte y disfrutar, es necesario una dósis intencional de incomodidad.
Tenemos un sistema interno que regula nuestro umbral de placer y de dolor. Esto tiene que ver con nuestra capacidad para experimentar motivación alejándonos de amenazas y/o preservando nuestra integridad y bienestar. Podríamos pensar de este sistema como una balanza que busca el equilibrio automáticamente. Esta balanza tiene en un extremo el placer y en el otro, el dolor. Cuando experimentamos placer, proporcionalmente e inmediatamente nuestro sistema interno busca regularse provocando un "proceso opuesto". De hecho existe una teoría construida entorno a esta idea, "La teoría del proceso opuesto", desarrollada por los científicos sociales, Richard Solomon y John Corbit en los años 70. Todos sabemos y hemos experimentado el "bajón" luego del placer; el carro nuevo, la fiesta de ayer, la primera vez de ver un capítulo de "Modern Family", etc.
El proceso en el que nuestro cuerpo se regula para restablecer los umbrales de placer y dolor se llama "homeostasis". Este es un proceso natural que sucede luego de habernos expuesto a algún estímulo ya sea de diversión o bien de incomodidad. Por ejemplo: luego de hacer ejercicio, muchas personas expresan sentir un pico de energía y bienestar general; así como, muchas personas luego de comer en exceso expresan la "culpa".
Sabemos lo que se siente el primer "dorito", esa foto de una persona atractiva en las redes sociales, o la experiencia de los video juegos y luego el segundo "dorito", continuar en redes por veinte minutos sin darte cuenta y el click para una nueva partida. Es que naturalmente lo que sucede es una necesidad por recrear la sensación inicial para que, ojalá, no desaparezca. Y parece ser que la mejor solución es continuar comiendo, jugando, viendo, "scrolleando". El problema es que así no funciona nuestro sistema y entre más exposición a un placer, este placer o similares se vuelven menos estimulantes y el proceso opuesto en dirección al dolor se vuelve más fuerte y duradero. A esto le llaman los científicos, "neuroadaptación". El problema es que, mientras nuestro organismo busca el equilibrio, nosotros perseguimos el placer, por placer.
Es producto del exceso de estímulos que ofrecen dósis de"dopamina barata"— producto de la gratificación inmediata. Demasiadas distracciones y facilidades para la comodidad; la película del momento a un click, un producto de tu antojo en tu casa en unos cuantos días sin importar el lugar en donde esté, cualquier comida en un instante, etc. Esta realidad en la que tenemos acceso a "todo, en todas partes, al mismo tiempo", está ocasionando que nuestro balance interior se vea alterado y cada vez sea más difícil disfrutar y más fácil sufrir por las vicisitudes de la vida.
La homeostasis funciona en ambas direcciones y el balance se puede recuperar exponiéndonos voluntariamente al dolor— la incomodidad. Dado que el sistema lo que busca es equilibrio, si los receptores de dolor se encienden, el sistema encenderá un flujo de dopaminas y otros químicos de placer para restablecer el órden.
"El dolor lleva al placer al disparar el mecanismo homeostático de regulación del cuerpo"- Anna Lembke, MD., Dopamine Nation
Cada vez que te incomodás: con agua fría, con ayuno, con ejercicio físico, con aprender algo nuevo, etc., estás utilizando la homeostasis a tu favor. Con una exposición intermitente a la incomodidad, nuestro umbral natural de dolor y placer se restablecen de manera que nos volvemos menos vulnerables al dolor y más dispuestos a sentir placer en lo cotidiano.
Es que debemos recordar que nuestros ancestros no tan lejanos— evolutivamente hablando— debían esforzarse por cazar o recolectar su alimento y dependían de muchos factores externos para lograrlo, además de su esfuerzo; no tenían la seguridad ni la comodidad que hoy nosotros damos por un hecho. Esto implica que tanta abundancia en un tiempo relativamente corto de nuestra existencia, no nos ha permitido desarrollar mecanismos internos que nos permitan lidiar de la mejor manera con la disponibilidad a "todo".
Se vuelve preocupante saber que la solución también podría ser sencilla y de fácil acceso en forma de fármacos que hagan la tarea de balancear nuestro sistema, drogas recreativas de fácil acceso que duermen los síntomas y recetas o fórmulas que prometen la felicidad, etc.
Es que los seres humanos somos un ser especial que ha asignado diversos significados al alimento, la bebida, el sexo, las relaciones, el trabajo, los logros y las posesiones, muchas veces distorsionando su función natural para volverles un objeto de deseo y exceso. Placer por placer es una buena estrategia para perder nuestra capacidad por sentir placer de forma sostenida en el tiempo.
De manera general, la humanidad está sufriendo una epidemia de falta de fuerza interior para enfrentar adversidades(resiliencia), manejar estrés y lidiar con las vueltas de la vida, misma que nos ha sido provocada por el acceso fácil a prácticamente todo— exceso de comodidad.
Siendo consciente de esto, podrías comprender por qué a veces te cuesta apreciar y admirar lo que tenés, tus relaciones, tu trabajo, tu existencia y tus logros diarios, y al mismo tiempo te sentís impotente ante los obstáculos que la vida te presenta. Con nuevos significados y entendimientos, entonces, quizás sería un buen momento para iniciar las prácticas de incomodidad voluntaria. Para recuperar tu experiencia plenamente humana.
Te dejo una lista de ideas para recuperar tus umbrales saludables de placer y dolor y, ganar resiliencia.
Jorge
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