"Somos responsables por algunas cosas, mientras que por otras no podemos ser responsables. En las primeras podríamos incluir nuestros juicios, impulsos, deseos y aversiones— nuestras facultades mentales en general; en las otras podemos incluir nuestro cuerpo, posesiones materiales, reputación— en una palabra, los externos." -Epicteto, Enchiridion, I. 1
La vida es compleja. Hay cosas que suceden que parecieran desafiar todas y cada una de nuestras expectativas. No hemos llegado al mundo con un manual para vivir la vida a pesar de que por miles de años, de diferentes maneras se ha explorado la pregunta la pregunta fundamental: ¿cómo vivir una buena vida?.
En lo cotidiano pueden surgir situaciones que nos retan y nos hacen sentir defraudados, angustiados, estresados, tristes, ansiosos, desesperanzados, enojados etc.
Es por ello que resulta tan importante aprender a dirigir nuestra atención a las cosas que si están en nuestro poder, no como un acto de conformismo o resignación sino como uno de aceptación para poner fin al rechazo de lo que es y encontrar fuerzas para aprovechar los recursos disponibles para construir a partir del destino dado.
Para vivir una buena vida, debemos enfocar nuestra atención en las cosas que están en nuestro poder en el momento presente.
Por más que quisieras que las personas a tu alrededor actuaran de cierta manera, que los resultados estén alineados a tus expectativas, que las cosas salgan como vos quisieras que salieran, sabés que nada de esto está en tu control. Enfocar tu atención en la opinión de los otros, en los "hubieras", en los "quisiera", te quita energía para vivir.
Hace ya mucho tiempo, un genio llamado Thomas Alva Edison dedicaba su esfuerzo a la creatividad. Gracias a ello se había ganado el apodo de “El Mago de Menlo Park”. Para ese entonces ya era un inventor consolidado y reconocido, con cientos de patentes registradas y muchos dispositivos que marcaron la historia en todo el mundo como el fonógrafo, la cámara de cine, la famosa bombilla incandescente, las telecomunicaciones, las baterías, equipos de grabación de música y cine, etc.
Edison, a sus 67 años aún mantenía su trabajo como su fuente de motivación y satisfacción más grande. Aunque para muchos sería la etapa de retiro, él estaba maravillado constantemente con el fruto de su esfuerzo y genialidad, representado en su fabrica.
En una tarde del año 1914, a eso de las 5:30 de la tarde, ocurrió algo que nadie esperaba. En el barrio de West Orange se escuchó una explosión.
Los vecinos salieron alertados y de inmediato acudieron a los bomberos, quienes llegaron tan pronto como pudieron. Sin embargo, el incendio sucedía dentro de la fábrica del famoso inventor— llena de químicos y materiales altamente inflamables necesarios para sus creaciones. El fuego se propagaba rápidamente y provocaba un fenómeno imposible de presenciar en otras circunstancias. Los bomberos hacían lo mejor que podían, pero no lograban frenar este accidente.
Alguien alertó a Thomas Alva Edison de lo ocurrido, quien sin pensarlo salió corriendo al lugar de los hechos acompañado de su hijo, Charles. Ambos se quedaron atónitos frente a las columnas de llamas de todos colores.
... luego de un momento y en un instante, Thomas asimiló lo sucedido y le dirigió unas palabras a su hijo diciéndole: “andá a llamar a tu mamá y decile que llame a todas sus amigas, porque un fuego así nunca más volverá a suceder”.
En ese momento Charles no comprendía la perspectiva de su padre y con unas lágrimas en su rostro no sabía qué hacer. “No te preocupés", le dijo Thomas para consolarle., "nos acabamos de deshacer de un montón de basura”.
Ante estas circunstancias gran parte dell pueblo creía acabado el proyecto del inventor. Pero en su mente no existía nada más que continuar con las nuevas cartas que el destino le había asignado.
Cuando los reporteros le preguntaron sobre este devastador suceso, Edison les dijo: “a mi edad este es el fuego que necesitaba para volver a comenzar”. El seguro solo cubrió una fracción de la perdida, pero su equipo y él lograron reponerse e incrementar las ventas para el siguiente año.
Aquí lo que nos queda es una reflexión. A pesar de que hay tantas cosas que de alguna manera obstaculizan nuestro camino, realmente nada ni nadie puede corromper nuestra mente si nosotros no permitimos que nada llegue tan profundo como a nuestra alma. En medio de tanto que está fuera de nuestro poder y las cosas que por destino suceden, nuestra actitud, nos puede recordar constantemente de lo que somos capaces, pues nuestras opiniones y nuestras acciones si dependen de nosotros. Después de todo, la historia nos dice que los seres humanos, somos seres naturalmente resilientes.
Jorge
50% Complete
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit, sed do eiusmod tempor incididunt ut labore et dolore magna aliqua.