El liderazgo humano se trata de construir relaciones poderosas y no de dar ordenes infalibles. Y esto depende de tus habilidades de comunicación.
¿Será que sos capaz de ganarte la mente y el corazón de tu equipo? ¿Tenés las habilidades y recursos necesarios para llegar a acuerdos poderosos? ¿Tenés las ideas, entendimientos y creencias que te impulsen a construir un equipo de alto rendimiento?
En Florencia, durante la época del Renasentismo un artista “estropeó” una pieza de mármol al intentar trabajar en ella, dañándola gravemente. Durante algún tiempo, el dueño de la pieza buscó a algún escultor que pudiera recuperarla con su arte. Muchos la rechazaron, muchos se limitaron al verla, muchos no encontraron inspiración ante ella. Cuenta la leyenda que incluso Leonardo Da Vinci, no supo qué hacer con dicha pieza. Hasta que un día, Miguel Ángel puso manos a la obra, a pesar de no estar acostumbrado a trabajar en mármol blanco, fue capaz de hacer buen uso de los recursos disponibles y creó una de las maravillas del arte más impresionante de la historia. “El David”. Una escultura magistral de más de 5 metros de altura.
Como las habilidades para crear arte, las habilidades para comunicarse requieren de práctica y atención al detalle para alcanzar el nivel de maestría. La comunicación humana en su máxima expresión requiere de la interacción entre las partes involucradas hasta llegar a acuerdos, es decir, construir una realidad compartida. De otra forma serían solo visiones subjetivas de la realidad siendo contrastadas, con tendencia a distorsiones, malos entendidos y muchas alucinaciones. ¿Alucinaciones?, pues sí. Cada palabra tiene un significado— el significado que cada quien le da de forma personal.
Cada quien construye su realidad de acuerdo a sus significados — con referencia en nuestro mundo interior interpretamos y experimentamos lo que nos sucede. Esta es una alucinación de la realidad, pues, lo que creemos que es la realidad es solo nuestra perspectiva individual.
Para construir realidades compartidas se requiere intención, distinciones, técnicas y habilidades para lograrlo.
Como no podemos controlar mucho más que nuestros poderes personales— sentimientos, pensamientos, acciones y palabras— nuestra responsabilidad tiene que ver con hacernos cargo de ellos. Tener una habilidad para responder por ellos. La disposición para hacerlo de forma intencional y digna.
No controlamos lo que los demás hagan o digan mas podemos influenciar para que la tendencia de nuestras interacciones esté en dirección a los acuerdos.
Para lograrlo es necesario tener una buena relación con la responsabilidad. Hacer lo mejor que podás hacer, decir lo mejor que podás decir, con los recursos que tengás disponibles.
*Responsabilidad [por] tus poderes personales. Responsabilidad [ante] las personas con quienes interactúas. Lo que digás y cómo lo digás impacta el sistema nervioso de las otras personas. Lo que hagas, tiene consecuencias en este plano físico.
Si para llegar a acuerdos necesitamos desarrollar nuestra capacidad para comunicarnos y al mismo tiempo tenemos la responsabilidad por nuestros poderes personales, lo que nos corresponde es hacer un buen uso de nuestros recursos. ¿Cómo?, construyendo relaciones poderosas, de confianza y apoyo. Relaciones en las que las personas a nuestro alrededor se sientan inspiradas, con oportunidades para expresarse, progresar y contribuir.
Quien lidere sin claridad sobre cómo desarrollar sus habilidades de comunicación y no tenga un significado sano de responsabilidad— por lo tanto una relación sana con el valor de la responsabilidad— podría ser como el artista que no supo qué hacer con la pieza de mármol en Florencia, hasta que llega una Líder en Comunicación Humana para ser facilitadora del florecimiento de una obra maestra.
Jorge
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