Un día de estos recibí un mensaje de una colega diciendo: "George, un día de estos escuché que no debemos utilizar la palabra increíble para referirnos a algo que más bien es sorprendente, sabemos el impacto del lenguaje en la realidad y solo quería dejarte esta idea por acá, para tener cuidado con el uso de las palabras".
Para darte contexto. No sé si lo sabés pero la palabra increíble es una de mis favoritas y de hecho la utilizo muchísimo. Para saludar y hacer saber que estoy mejor que bien. Para ofrecer buenos deseos y para muchos otras situaciones. Yo creo en el poder de las palabras pero sobre todo en el de los significados.
Este mensaje me dejó reflexionando. Tengo una obsesión con analizar mis ideas y comportamientos para construir una versión de la realidad sana y en mi mente no podía aceptar simplemente cambiar una palabra solo porque alguien dijo que no era la adecuada.
Entonces, medité...
Y esta fue mi respuesta:
Hola querida, espero que estés super.
Ayer no te respondí porque era muy tarde y estaba fuera de contexto de la conversación pero te voy a agradecer que me regalaste un estímulo para jugar con mi mente con un concepto tan maravilloso como lo es, “increíble”.
Soy muy intencional en el uso de esta palabra, que más que palabra es una constelación de significados— me refiero a un concepto que se relaciona a muchas otras ideas, valores, expectativas, metáforas, entendimientos, creencias, historias, permisos, experiencias, etc. De este modo las palabras, igual que de la que estamos hablando en específico, son más complejas de lo que imaginamos y el lenguaje solo un intento para comprender y construir la realidad.
1. La neurolingüística se queda corta y resulta superficial para explicar el impacto del lenguaje en la experiencia neurológica, por ello recurriremos a la Neurosemántica.
2. Si increíble es sinónimo de sorprendente y/o asombroso entonces cuando el contexto lo amerita, el significado es el mismo.
¿Sabés lo que significa para mi la curiosidad como un valor?, pues me siento niño cuando lo que tengo en frente es difícil o imposible de creer y me llega la sorpresa. En este sentido “increíble” resulta sinónimo de “sorpresivo”. Pero increíble me resulta más atractivo, quizás por su sonido— es una cosa de fonética— y lo que éste estímulo auditivo produce en mi experiencia neurológica.
Increíble es un adjetivo y estoy muy confiado en que cuando me refiero a alguien de esta manera lo recibirá con agrado. Yo hasta hoy no conozco a nadie que se haya molestado por ser llamado, increíble.
¡Es que suena tan espectacular! Y sin embargo no es espectáculo.
El lenguaje se trata de significados pero los significados residen en el conducto del conductor— “en el ojo del observador”. Es decir, no importa tanto el diccionario como lo que esté en el inconsciente del colectivo o del individuo, ¿cuál es la interpretación? Pues, “inventá algo y ponéle un nombre y habrás creado un concepto. Compartí ese concepto y mientras alguien esté de acuerdo habrás creado una realidad social”, como dijo mi admirada Lisa Feldman Barrett.
No se trata de dejar de usar palabras solo por evitar impactos “neurolinguisticos”, sino más bien de actualizar los significados para tener estados “Neurosemánticos” enriquecidos. Los significados le pertenecen a quien les sostiene en su mente.
Mi palabra favorita es Increíble, porque jamás creí que existieran personas tan lindas y cercanas a mí que se unieran a mi visión mas elevada, me resulta difícil de creer pero no porque no quiera sino porque no doy nada por un hecho y entonces me sorprendo. Me sorprendo diariamente por todo aquello que la vida me regala y eso me parece increíble. Y entonces vivo con curiosidad, esa que proviene de la humildad y la diversión.
Gracias por darme la oportunidad de compartir mi significado porque así es como también puedo crear una realidad social y tenés un vistazo a mi mundo interior. Por cierto, el diccionario sí dice que increíble significa “que parece mentira o imposible de creer” pero también dice “que causa gran admiración”. Es cuestión de contexto e intención.
Algunas personas se sentirían ofendidas porque les llamen “cínicos” y yo me alegraría porque a pesar de que existe una connotación social negativa, yo me acuerdo de Diógenes y la vida que decidió dedicar a la virtud a costa de todo. Entonces, de nuevo, la semántica es más elevada que la lingüística. De hecho por eso le llamamos “meta” al estudio Neurosemántico.
Dato curioso, los chicos hoy en día tienen una fascinación con el adjetivo “roto” para referirse a alguien admirable. ¿Lo podés creer?.
Resulta increíble, jaja.
El poder de los conceptos es, que pueden resumir tanto y categorizar algo de manera eficiente. Entonces dependiendo del contexto:
Por ejemplo...
Y depende de cómo se diga, disparará diferentes significados. Así es el lenguaje, seductor. De nuevo agradezco, por estimularme para precisar mi palabra favorita. No puedo creer que haya escrito tanto sobre un concepto, ¡qué increíble!
Si alguna vez te habías preguntado por la diferencia entre la neurolingüística y la neurosemántica, creo que aquí hay un buen ejemplo. Y a la vez ya podrás comprender en qué enfocar tu atención a la hora de construir tu realidad, cuando se trata de las historias que te estás contando. Y las ideas, conceptos y palabras que utilizás como herramienta. La clave está en ser intencional.
Jorge
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