El secreto de la curiosidad y la gratitud para vivir una buena vida

Nuestra mente humana viaja en el tiempo, se la pasa en historias que revisan el pasado y apuntan al futuro. Si no somos conscientes e intencionales, si no hemos logrado la atención para notarlo, entonces podemos sufrir por este mecanismo natural.

 

“Los animales salvajes huyen de los peligros que están en frente y cuando escapan no se preocupan más. Nosotros por el contrario nos vemos atormentados por lo que ya pasó y lo que ha de venir por igual. Algunas de nuestras ventajas nos pueden hacer daño, porque la memoria nos puede traer de vuelta la agonía del temor mientras que la previsión la trae prematuramente. Nadie asocia la infelicidad al momento presente. ”

- Séneca

 

 

Una buena idea para conectar con nuestra esfera de poder, es decir, con el poder en nuestro mundo y controlar lo que podemos controlar, es vivir desde los estados de gratitud y curiosidad. Porque la gratitud nos conecta con el momento presente, con la abundancia y lo que es mientras que la curiosidad nos ayuda a  asumir lo que haya de venir con una actitud más fluida al mismo tiempo que aprendemos y nos divertimos con las sorpresas, con las incongruencias y las situaciones que de repente aparezcan. No se puede estar enojado y curioso al mismo tiempo. Quien está curioso, aprende a partir de lo que tenga en frente. 

 

¿Cómo fortalecer nuestra conexión con estos estados?

Como con cualquier músculo, esto requiere de práctica. Aquí te van dos ideas para lograr vivir una buena vida desde la gratitud y la curiosidad. 

 

  1. Hacé un diario de gratitud. Inicia las mañanas agradeciendo por 7 a 10 cosas que normalmente das por sentado. Colocá tu intención al inicio de tus días en todo aquello que existe, que sos y que tenés. Y, ¿por qué no? hacer de la palabra gracias una de las más constantes en tu día a día, en cada momento y en cada interacción. Mi teoría es que las personas agradecidas somos felices y no al revés. Este es un buen ejercicio de abundancia. 
  2. Ante cualquier situación que te tome por sorpresa, que te incomode o que no te guste, hacé una pausa y utilizá el recurso de la curiosidad para resolverla. En vez de suponer, preguntá. En vez de señalar, preguntá. En vez de juzgar, preguntá. Preguntá genuinamente, no para probar tu punto sino para comprender el mundo interior de los demás. Habla de tu punto como si tuvieras la razón y escuchá como si no la tuvieras. Te invito además a que en cada interacción intentés llevarte alguna lección. Sinceramente creo que todas las personas tienen más sabiduría en algún área que el resto de nosotros. Con humildad, la curiosidad puede ayudarte a aprovechar el universo como una fuente inagotable de conocimiento y diversión. 

 

Que tu vida sea tu mejor campo de entrenamiento. 

 

 

Jorge

 

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