Escuchar es estar presente. Decía Zenón de Citio, el fundador de la escuela Estoica, “por algo tenemos dos oídos y solo una boca”. Es que la escucha es la clave para accesar al mundo de la otra persona. Marco Aurelio constantemente se recordaba a sí mismo, estar tan presente para el otro al punto de entrar en su alma. Escuchar es un arte más que una habilidad, y digo que un arte porque requiere de intención, curiosidad, humildad, amor y presencia; presencia de mente y cuerpo.
¿Cuántas veces te ha pasado que alguien está frente a vos y sin embargo no te sentís escuchado? ¿Cuántas veces has sido vos quien no a escuchado sinceramente sino más bien has estado a la espera para ofrecer un consejo, una solución o contar tu propia versión de la historia?Es normal a todos nos ha pasado, y es que no nos han enseñado a utilizar nuestros poderes de comunicación de la manera más humana. Escuchar es una habilidad que nos permite entender mejor y no responder mejor. Escuchar, es comprender y no responder.
Cada quien crea una versión del a realidad en su mente. Esta versión de la realidad funciona como un mapa para navegar o bien un menú para elegir. Sería justo deducir que no vamos a tener el mapa más preciso y que cada quien tendrá el suyo propio— diferentes unos de los otros. Cuando olvidamos esto, cuando confundimos el mapa con el territorio, distorsionamos la realidad de manera que evaluamos a los demás de acuerdo a nuestros marcos mentales, imponiendo nuestra realidad sobre los demás.
Somos seres lingüísticos y esto hace literalmente que cualquier palabra dispare alguna representación en nuestra mente; manzana, elefante, trabajo, amor, futbol, galleta, etc. Y sin embargo, cada quien crea su propia y única versión de cada una de estas palabras. Tenemos un sistema que conecta las palabras como anclas con referencia a nuestro mapa interno, construido por nuestra experiencia individual. “Utilizamos las mismas palabras”, como dice Michael Hall, “pero no pensamos las mismas palabras”. Las palabras son símbolos públicos mas, los referentes internos que utilizamos para darles sentido, son privados.
La escucha real. La escucha genuina. La escucha profunda requiere de presencia de mente y cuerpo, además de una disposición para comprender el mapa de la otra persona y no utilizar el propio para hacer evaluaciones. Nuestra mente tiende a asociar palabras a nuestros referentes internos(historias, significados, anécdotas, soluciones, consejos, etc.) cuando estamos utilizando nuestro propio mapa para evaluar y darle sentido al de los demás. La razón por la cual no lográs escuchar más allá de tus propias interpretaciones es que estás utilizando tu mapa para evaluar y no para comprender y, ampliar lo que creés que ya sabés.
La escucha profunda requiere de practica pero sobre todo de intención. Si estás listo para llevar tus interacciones al siguiente nivel, si has decidido ser un mejor líder, pareja, amigo, hija, hermana, compañero de trabajo, socia, etc. La comunicación humana tiene como base la habilidad de la escucha para aprender y conocer por completo el mundo de los demás y a partir de ello, construir realidades compartidas. Los seres humanos somos seres sociales, capaces de reaccionar por miedo o reflexionar desde el amor. Desde el amor creamos, desde el miedo nos limitamos. La muestra más grande de amor que podamos ofrecer es estar presentes.
Jorge
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