“Las metáforas son atractivas porque nos permiten comprender ideas abstractas de una manera más sencilla. Pero las metáforas son también una manera sencilla de esconder el análisis y evitarlo.” - Ward Farnsworth
Una metáfora es la figura literaria que te permite comprender algo en instancias de otra cosa que te resulte ser más familiar. La metáfora es la representación analógica de algo en comparación a otra cosa. Y las emociones suelen ser difíciles de comprender y por ende expresar. Cuando expresás tu experiencia emocional como una metáfora estás perdiendo la oportunidad de conocerte y atender tus necesidades reales.
Vos creás tu realidad al expresarte. Entendés la vida a través de las palabras y los significados que les asignás. Las metáforas suelen ser herramientas lingüísticas que te sirven para comprender conceptos difíciles y abstractos. Y por ende suelen ser muy atractivas para darle sentido a lo que estás sintiendo. Escuchamos todo el tiempo metáforas que expresan de manera artística nuestra realidad e inevitablemente nos inducen a estados.
Al utilizar las metáforas en tu vida pensá en qué ves, sentís y escuchás a partir de ellas, ¿qué cosas están implicítas al utilizar tus metáforas? ¿Te están induciendo al estado correcto?
“Me siento como si estuviera corriendo como un pollo sin cabeza”, “estoy en arena movediza”, “estoy nadando entre tiburones”, “es como si estuviera en el ojo del huracán”, “aquí voy, ganándome el arroz y los frijoles”, “estoy en la fama”, “es como si fuera un pequeño niño escondido en el closet comiendo un chocolate”, “sacando agua del bote”, etc. Los Estoicos tenían metáforas interesantes para lidiar con la vida. Por ejemplo, ver la vida como un campo de entrenamiento y pensar del destino como un dios que te pone a prueba como un entrenador a su luchador para convertirlo en material de clase olímpica. La historia que te contás crea la experiencia que vivís.En el mejor intento Estoico y parafraseando al maestro Epicteto: “No son las cosas las que provocan tu experiencia sino las historias y metáforas que te contás sobre ellas”.
¿Qué tanto las usas en tu día a día? ¿Sos capaz de reconocerlas? ¿A qué estados te inducen? ¿Cuál es la calidad de tus metáforas?
De manera sobre simplificada tus emociones son el resultado de la diferencia entre expectativa y realidad. Lo que sentís con respecto a una situación es una oportunidad para conocerte y saber cuales son los marcos que están guiando tu vida. Caer en la ilusión de la metáfora puede hacerte tener la sensación de estar viviendo en una posición reactiva más que proactiva y entonces entregarte a merced de los externos. De todas formas, ¿a quién le parece agradable sentirse víctima del destino?
Las emociones son construcciones conceptuales de tu experiencia mente-cuerpo. La experiencia fisiológica que manifiesta el mapa con el que navegás el mundo. El resultado de tu expectativa en comparación a la realidad. En neurociencias se habla de instancia emocional en referencia a esa experiencia humana reflejo de los entendimientos, esperanzas, deseos y necesidades sobre cómo debería funcionar le mundo. Instancia emocional, porque resulta ser relativa a la cultura, conceptos individuales y la capacidad subjetiva de expresar lo que se está viviendo en términos del lenguaje y sus significados.
Porque la metáfora crea una distorsión de la realidad cargada de componentes visuales, auditivos y kinestésicos que te alejan de lo que es. La metáfora te disasocia de tus poderes personales, te quita recursos para responder ante la situación. Mientras que el concepto te permite comprender de manera práctica tu situación, manteniendo un relación directa con el plano de las cosas.
Hay metáforas que resultan empoderadoras y al mismo tiempo sin un uso consciente, pueden limitarte de actualizar tu mapa interior para tener una experiencia plenamente humana.
No pretendo invitarte a abandonar las metáforas sino a utilizarlas como recursos [que te permitan florecer] y no a [“tapar el sol con un dedo”]. Cuando se trata de tu experiencia emocional es mejor nombrar el concepto, atender tu necesidad, actualizar tus expectativas y descubrir estrategias ecológicas y racionales para atender tu mundo interno en interacción con el mundo externo. Finalmente manifestándolo en congruencia con tus acciones, decisiones y actitud frente a la vida.
Según el Dr. Robert Plutchik en su libro “Emotion: A Psycho-Evolutionary Synthesis”, existen 8 emociones primarias: temor, sorpresa, tristeza, disgusto, enojo, expectativa, gozo y aceptación.
Y él también hace referencia a las emociones mixtas: el optimismo como la mezcla entre expectativa y gozo; agresión como la combinación entre expectativa y enojo; amor que surge ante la fusión de gozo y aceptación, etc.
Te comparto algunos de los indicadores más comunes de ciertas emociones.
¿Qué te dice el enojo?
Hay valores que están siendo vulnerados. Hay algo injusto.
¿Qué te dice la tristeza?
Has perdido algo valioso
¿Qué te dice el temor?
Hay posibilidad de una amenaza
¿Qué te dice la culpa?
La consciencia de haber hecho algo malo
¿Qué te dice la vergüenza?
La consciencia de fallar ante otros
¿Qué te dice la apatía?
La falta de valor o importancia de algo
¿Qué te dice el aburrimiento?
Falta de gozo
Estas propuestas son solo puntos de partida y a medida que te vayás conociendo serás capaz no solo de comprenderte sino de resignificar tu experiencia momento a momento. A las emociones mejor llamálas por lo que son, porque aunque son el resultado de tu perspectiva subjetiva de la realidad, son al mismo tiempo el mejor punto de partida para seguir tu camino de autoactualización.
Jorge
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