El estado emocional de bajos recursos del 2021

El 2021 ha traído consigo demandas diferentes para con nuestra soberanía; nuestros hábitos han venido siendo modificados a todo nivel desde ese 2020 que nos tomó por sorpresa. Y lo superamos, y estamos vivos, pero, ¿a qué precio?. 

Hace unos meses atrás leía un artículo del New York Times, escrito por Adam Grant, en el que describe la emoción más común para la mayoría de nosotros durante esta etapa en nuestra vida.

¿Has sentido un poco de apatía ante las cosas que antes te emocionaban?, ¿te encontrás procrastinando más de lo normal?, ¿una sensación de pesadez que te invade para ejecutar?, ¿venís haciendo más maratones en Netflix de lo acostumbrado?, ¿desmotivación para definir y concretar metas?, definitivamente no es una depresión porque seguís adelante con un poco de esperanza, pero tampoco estás floreciendo. Esta es la emoción que trajo a colación Adam Grant, llamada: Languidez. Según un estudio realizado por Corey L. M. Keyes, esta será la emoción determinante de nuestra salud mental en las próximas décadas.

 

Languidez

  1. Falta de energía, ánimo o valor.
  2. Flaqueza, debilidad. Ejemplo: su languidez es producto de una mala alimentación.

 

 


 

 

Creando realidades compartidas 

 

"Inventá algo, ponéle un nombre y habrás creado un concepto. Compartílo con los demás y mientras alguien esté de acuerdo, habrás creado una realidad social"

- Lisa Felman Barrett, Phd.

 

Los psicólogos nos recomiendan ponerle nombre a las emociones para lidiar con ellas de una mejor manera. Y es que como seres sociales, tener la posibilidad de reconocerla entre todos es fundamental, porque así es como creamos realidades compartidas. Nos sirve entonces, para comunicarnos y reconocer que no estamos solos. 

Por ejemplo, el año pasado pasamos por un duelo. El duelo de dejar de lado todos nuestros planes, viajes, metas, relaciones, fiestas, conciertos, hábitos, rutinas, además de las perdidas físicas de los seres queridos de algunos. Reconocer que fue un duelo lo que sentimos, es necesario para saber qué hacer y qué esperar del proceso emocional para entonces superarlo.

 

Ponerle nombre a una emoción y tener la libertad de expresarla. “Hola, ¿cómo estás?”, “sinceramente, en este momento estoy sintiendo un poco de languidez”.
 

Para tener la posibilidad de desahogarnos y acompañarnos en el proceso, combatiendo al mismo tiempo la epidemia de positivismo tóxico enfocado a la productividad competitiva, que niega nuestra realidad humana— somos seres vulnerables que sienten, viviendo una experiencia física sumamente compleja.

 

Últimamente he estado compartiendo el significado de la emoción de la “languidez” y me he topado con más de una persona que no solo se siente identificado sino también reconocido.

 

Pero, ¿qué podemos hacer para lidiar con ella y superarla para no caer como víctimas de la pandemia?

 

Expresar nuestras emociones no significa entregarnos a merced de ellas como víctimas de la situación. Sino más bien, la invitación de expresar lo que sentimos va acompañada del reconocimiento de que “lo que pienso, lo que siento, lo que digo y lo que hago”, me pertenece, es mi poder interior. 

Poniéndole nombre a tus emociones utilizás tu racionalidad y creatividad, alejándote de un estado de supervivencia en el que el menú de opciones está limitado a pelear, paralizarte o huir. Además incrementás tu posibilidad de conectar con más personas, sentir compañía, revelar una realidad y normalizar tu experiencia de vulnerabilidad. Y sobre todo hacerte responsable de tus estados para descubrir nuevas estrategias, siendo una de ellas el simple hecho de acompañarte con autoempatía. 

No estamos obligados a  "estar bien", no todo tiene que fluir de "la mejor manera", siempre. El mundo en el que vivimos está siempre cambiando y sin girar al rededor de nuestras expectativas.

A través del lenguaje creamos realidades que pueden estar saboteando nuestra experiencia, sin darnos cuenta. Es que, no es lo mismo decir que, “esta situación me hace sentir triste”, a que, “me siento triste al darme cuenta de esta situación”, ó, “vos me enojás”, en vez de, “cuando me hablás con ese tono, me siento enojado”. Son pequeñas diferencias que cambian tu forma de percibir el mundo. 

 


 

Dos estrategias para lidiar con una emoción disruptiva

 

I. Matizar la emoción disruptiva

En PNL tenemos un ejercicio súper interesante para cambiar el significado de una emoción asociada a algún estimulo, es decir, anclada. Estrés en el trabajo a fin de mes, enojo cuando te interrumpen, ansiedad por salir de casa, angustia por lo que hacen o dicen los demás, miedo por enfermarte, etc. 

Para aplicarlo, te invito a seguir los pasos que te voy a compartir, en un ambiente de seguridad, consciencia y presencia. Podés hacerlo acompañado, es decir que alguien te haga las preguntas o bien, anotando en un cuaderno. 

 

1. Tomá una respiración profunda para concentrarte y visitar tu mente. 
 
 
2. Identificá cuál es la emoción disruptiva en el contexto específico. Cuestionála, descubrí qué nombre tiene.
TIP: Evitá describir pensamientos en vez emociones. Por ejemplo: “siento que todos demandan mucho de mí”, esto es un pensamiento. Para descubrir la emoción real, te invito a expresarlo desde tu poder interior, así: “cuando pienso que demandan mucho de mí, siento estrés”.
 
3. Date permiso de sentir la emoción disruptiva. Sentirla lo suficiente como para descubrir todos sus componentes: dónde se siente en tu cuerpo, cómo se siente, qué pensamientos surgen, si existe un dialogo interno, si hay imágenes asociadas. Las características de mente, cuerpo y emoción del estado emocional.  Y darte cuenta, cómo es que no te sirve.
 
 
4. Preguntáte, ¿qué recursos te serviría tener si quisieras vivir la situación de una forma diferente y que sea más placentera?.
Este es un paso hipotético, por ahora no ha sido posible mas tampoco significa que es una condena repetir un comportamiento.
 
Date permiso de imaginar 3 recursos que te serían más útiles la próxima vez. Quizás: Tranquilidad, sabiduría, confianza, seguridad, felicidad, motivación, determinación, etc.
 
 
5. Conectá con estos tres recursos, o sea, date permiso de sentirlos con todo tu ser, que todo tu cuerpo, tus pensamientos y emociones se asocien a ellos. 
 
 
6. Desde este lugar, imagináte cómo sería el mundo, cómo sería tu vida, cómo actuarías, como verías, qué sentirías la próxima vez que te enfrentaras a la misma situación de el punto 1, pero con nuevos recursos. 
 
 
7. Reconocé si esta posibilidad te sirve a vos y a tu entorno. ¿Sería mejor para vos vivir desde estos tres recursos a partir de ahora?, ¿quién más se vería beneficiado?
 
 
8. Date la oportunidad de imaginar cómo lo vas a utilizar a partir de ahora, en una semana, en un mes, en un año. Todo lo que vas a lograr y los resultados que obtendrás. 
 
9. Decidí quedarte con tus nuevos recursos y aprendizajes para darte el permiso de ponerlo en práctica a partir de hoy. 
 
10. Crea un pequeño recordatorio para encender tus nuevos recursos. Un gesto, un post it en un lugar visual, una frase que te digas, una pausa con un par de respiraciones, un toque en tu mano… lo que vos querás. 
 
11. Provecho. 

 

II. Crear espacios de Flow

El estado de Flow es el estado de mayor disfrute y rendimiento del ser humano. En este estado florecemos, el mundo se vuelve un campo de juego, el tiempo pasa en otra dimensión, nuestras habilidades están a nuestra disposición para resolver, actuar, corregir y avanzar en dirección a una meta. 

 

 Decidir crear espacios para encender el estado de flow, requiere de nuestra intención. 

 

 ¿Cómo lograrlo?

 

Para entrar en flow se requiere de: reglas claras, presencia plena, un reto alcanzable y atractivo, y diversión. 

Ejemplos de espacios en donde se enciende el estado de flow:  deportes, juegos de video, las películas pueden funcionar de una forma artificial en momentos en que utilizar nuestro cuerpo no sea posible, meditación, caminatas en la naturaleza, tocar un instrumento musical, escribir, tomar fotos, dibujar, tejer, crear, buenas conversaciones profundas. 

Pero sobre todo, exponerte a la novedad. Si querés entrar en estado de flow, es necesario una buena dosis de novedad. Son necesarios el riesgo y la sorpresa para ativar tu máximo potencial

 

Date la oportunidad de exponerte a nuevas experiencia y salir de la rutina para que tu cerebro no se apegue a la zona de confort de lo viejo conocido y el ahorro de energía. 

 

 


 

 

Si querés aprender a mejorar tu comunicación interna, reconocer tus emociones y expresarlas, liderar desde la empatía y conocer nuevas estrategias para comunicarte con los demás, en el trabajo, familia, redes sociales, alumnos, coachees, colaboradores y clientes, te invito a visitar la página de reclutamiento para el programa de Líderes en Comunicación Humana. 

Iniciamos el 25 de noviembre 2021 

 

Jorge

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