La semana pasada, durante una sesión de coaching, un líder de una organización internacional compartió conmigo un logro extraordinario. Este líder, que está cursando nuestra certificación Líderes en Comunicación Humana, enfrentó uno de los mayores retos en su rol: dar un feedback desafiante a la persona más compleja de su equipo. Pero, lo que podría haber sido un momento de tensión se transformó en una oportunidad para construir confianza y mayor conexión.
Desde el inicio de su proceso, este líder había expresado su inquietud por mejorar su relación con el equipo. Hace unos meses mostraba ansiedad ante las sesiones uno a uno y una gran aversión al conflicto. Y esto es lo que hemos venido trabajando juntos en su proceso.
Para muestra, en esta ocasión, fue capaz de comunicar con claridad las áreas de mejora, incluyendo la necesidad de que su colaborador ingresara en un programa de alineación de dos semanas, con indicadores específicos de cumplimiento. Además, le explicó que no lograr estos objetivos podría derivar en consecuencias serias, como su relevo de la empresa.
Y para sorpresa de ambos, la respuesta no fue resistencia, sino gratitud. Este caso demuestra que el feedback, cuando se entrega de una manera adecuada, no solo corrige conductas, sino que también fortalece las relaciones profesionales. Y esta es la clave del éxito en las organizaciones y en los equipos de alto rendimiento.
"El feedback es el desayuno de campeones." — Colin Cox
Dar retroalimentación no es solo corregir errores; es construir un puente entre el líder y su equipo. Sin embargo, cuando no se maneja correctamente, puede erosionar la confianza y generar resistencia.
Pero, cuando el feedback se da con intención, empatía y claridad se convierte en una herramienta poderosa para fortalecer las conexiones humanas y crea un entorno de crecimiento.
Un líder no solo debe tener la intención de dar feedback de calidad sino que también debe saber cómo hacerlo.
Creá un ambiente de confianza:
Elegí un lugar y un momento adecuados para la conversación. Aseguráte de que la persona se sienta cómoda y perciba tu disposición a dialogar.
Definí tu intención:
Reflexioná antes de la conversación: ¿Qué querés lograr? Comunicar tu intención desde el inicio ayuda a que la persona comprenda que el feedback busca su crecimiento y no es un ataque personal.
Practicá la empatía:
Ponéte en el lugar de la otra persona y considerá su contexto. Mostrar empatía no significa evitar la verdad, sino demostrar que estás comprometido con su mejora.
Sé claro y respetuoso:
Usá un lenguaje directo y específico, evitando rodeos o ambigüedades. Decí lo necesario, pero con respeto, para facilitar la aceptación y reducir la resistencia.
Proporcioná soluciones:
No te detengas en los problemas. Mostrá caminos claros de mejora y comprometete a apoyar a la persona en el proceso. Esto transforma el feedback en una experiencia colaborativa.
Hacé seguimiento:
El feedback no termina con la conversación inicial. Supervisar los avances y ofrecer apoyo continuo refuerza la confianza y el compromiso.
Definí los marcos del trabajo:
"Quien pone los marcos controla el juego." Comunicar las reglas del juego ayuda a reducir la incertidumbre y mejora la atención y la colaboración. Al saber qué esperar, las personas se sienten más seguras, dispuestas a dar lo mejor de sí y llegar a acuerdos.
"La ausencia de conflicto no significa armonía, sino apatía. En un grupo donde nadie discrepa, la única explicación posible es que a las personas no les importe lo suficiente como para expresar lo que realmente piensan." — Adam Grant
El feedback efectivo no evita las conversaciones difíciles, sino que las convierte en oportunidades para reforzar la cultura organizacional y fomentar el crecimiento. Un líder que comunica con claridad y con la consciencia de cómo funcionamos los humanos, establece un estándar de confianza que inspira a su equipo a superar desafíos.
La realidad es que dar feedback, especialmente en situaciones críticas, no es fácil. Las organizaciones a menudo cargan con precedentes que complican la predisposición de las personas a recibirlo. Sin embargo, cuando se da con una buena intención y de la manera adecuada el feedback se transforma en un catalizador de mejora y en una invitación al crecimiento.
¿Te has enfrentado a un momento desafiante dando feedback? Reflexioná sobre cómo podés aplicar estos principios para liderar desde la comunicación humana y construir un equipo basado en confianza y respeto.
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Jorge
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