"La única razón para estudiar filosofía es para convertirse en una mejor persona, cualquier otra cosa, es meramente una critica de palabras por medio de más palabras". - Nietzsche
No sé si lo sabés, pero yo no estudié filosofía de carrera y aún así me creo un filósofo. De hecho, profesionalmente hice un viraje abrupto hace ya casi una década cuando me di cuenta de que la ingeniería no me ayudaba a vivir la vida que quería vivir. En el 2014, gracias a las herramientas de comunicación que descubrí a través del coaching, conecté mi tarea de vida.
Yo desde que tengo memoria he sido una persona social, con tendencias obsesivas a diversos temas de mi interés, con una sed insaciable por cuestionarlo todo con curiosidad y entretenerme en conversaciones filosóficas con mis amigos y mi familia. Pero no era fácil expresarme libremente, conforme iba avanzando en mi vida adulta, me topaba con barreras internas que limitaban mis interacciones. Sin darme cuenta tenía miedos, inseguridades y falta de recursos para dar mi opinión, preguntar, exponer mis necesidades y emociones y finalmente tener conversaciones que giraban en torno a temas superficiales. Y con esto no quiero decir que no exista valor en las cosas cotidianas, en despejar la mente con cualquier tipo de "hablada", pero si creo que cualquier conversación puede elevarse y que además tiene un impacto nuestra forma de ver el mundo.
Bueno, luego de años de trabajar en mi comunicación y habilidades sociales de la mano de la Neurosemántica y crecer como humano, he tenido logros a nivel personal como estar en una relación increíble con mi esposa, quien es mi socia en La Academia. Además, gozar de una relación increíble con mi familia, quienes se han visto influenciados por mi enfoque en el conocimiento de uno mismo y además nuestras conversaciones han alcanzado niveles enriquecedores para todos como individuos. A nivel profesional me siento sumamente agradecido con la vida por hacer lo que amo, con el trabajo en acompañamiento uno a uno, así mismo en la formación de Líderes en Comunicación Humana y mis aportes a diferentes organizaciones en el desarrollo de habilidades humanas.
Y bueno, tengo una confesión que hacerte. Una de las cosas que más me tienen orgulloso y feliz últimamente, es el proyecto que tengo con el psicoanalista y Máster en filosofía, Allan Fernández. El proyecto es un podcast, en el que tratamos temas diversos sobre la vida, que hemos titulado jocosamente "habladas filosóficas". Llevamos dos capítulos, "Sobre el amor" y "Sobre la amistad", y ya más de 300 personas los han escuchado y nos han regalado feedback increíble.
Pero, ¿qué es lo que me tiene tan orgulloso y feliz?
1. Tener el espacio para hablar filosóficamente con un ser humano increíble.
2. Demostrar que debatir y exponer diversas ideas, está lejos de la concepción popular de exponer ideas contrapuestas.
3. Inspirarte con temas de lo cotidiano para explorarlos, reflexionarlos, cuestionarlos y enriquecerlos.
4. Recordarte de lo que sos capaz: Yo cuando inicié mi camino no me imaginé teniendo este tipo de conversaciones con una persona tan preparada y con la trayectoria de Allan Fernández. ¿Sabés cuál es el truco?, desarrollar mis habilidades de comunicación, fortalecer mi músculo de la curiosidad, leer como hábito, escribir como hábito, amar el proceso y tener mi espacio de actualización para quitar de mi mente barreras que impedían expresarme con autenticidad. Me parece divertido haber pasado de tener una experiencia como esta: "Una práctica estoica puesta a prueba", a esta situación actual.
Si querés escuchar "Habladas filosóficas", te cuento que está disponible en Spotify y Apple Podcasts. Estrenamos episodio todos los jueves a las 6am, GMT-6.
Jorge
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