Se dice “Ser humano” por una razón, no “Hacer Humano”.
Trabaja en conectarte con tu esencia, con tu mundo interior para lograr los mejores estados y fluir.
La receta perfecta para entregar tus estados en manos de los otros y del destino es enfocar tu atención en lo externo; en el “tener”, en el logro, en lo que esperas del mundo.
“Altos estándares para vos y compasión con los demás”, decía Marco Aurelio. Yo te lo recuerdo para que tu atención vaya hacia vos, hacia lo que podés ser, y lo que podés hacer de acuerdo a tus recursos y posibilidades. Hacéte responsable de tus estados, asumí el poder de hacer que las cosas sean diferentes, que sean mejores.
“Me da pereza ir al trabajo porque hay un ambiente que no me gusta y no sé manejarlo.” - Muy bien, y, ¿qué tal si ese ambiente es justo el entrenamiento que ocupás para ser tu mejor versión, mejorando tus habilidades de comunicación y liderazgo?. “Nadie en mi oficina se interesó por mi proyecto y no están conmigo para la presentación a los socios.” - Entonces tenés un gran momento para demostrar tu capacidad de negociación y comportarte como todo un empresario. “Mi pareja reaccionó de una manera que no comprendo y me siento incomodo al respecto, mejor me voy.” - Es justo en estas situaciones en las cuales podés demostrarle tu amor, tu compasión y empatía para acompañarle a resolver eso que internamente le ha provocado esa reacción. ¡Que gran regalo le podés dar!.
Epictéto en una frase construyó las bases de nuestro mayor poder, cuando dijo: "No son los eventos que nos suceden los que nos causan el sufrimiento, sino nuestros pensamientos con respecto a ellos", y es que claro, cuando cambiamos la forma en vemos al mundo, el mundo mágicamente cambia.
Las quejas están de más. Cuando vos asumís tu responsabilidad, el obstáculo se vuelve el camino.
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