El secreto está en apagar tu ilusión para estar para el otro, no tomar nada personal, escuchar y disponerte a crear una realidad en conjunto.
Es difícil desapegarnos de nuestra versión de la realidad, nuestro cerebro activa sus mejores mecanismos de defensa que aunque limitados son relativamente efectivos, claro, para mantenernos respirando, lejos de los riesgos, pero definitivamente limitados para fortalecer relaciones.
La expectativa no cumplida nos abruma, nos bloquea, nos mete en estados que nos alejan de nuestro ideal humano. Pero, las expectativas las podemos controlar.
Las expectativas son solo preconcepciones que hemos diseñado para tener una sensación de control y minimización de riesgo, hasta cierto punto inclusive nos fortalecen nuestra identidad creando la ilusión de lo que creemos que es la realidad. En nuestra cabeza se generan entonces juicios, ideas, creencias y expectativas de como es el mundo y lo que creemos que podemos esperar de él.
Y entonces como seres sociales tenemos la necesidad de conectar, el detalle es que decidimos llevar nuestra ilusión de la realidad con nosotros a las relaciones interpersonales, y en vez de empatía ofrecemos opinión, en vez de escuchar pretendemos ser escuchados, en vez de esforzarnos por entender y descubrir intenciones, juzgamos y etiquetamos, hablamos para que nos entiendan pero escuchamos para responder, así llevamos con nosotros a cada interacción nuestro ingrediente personal para la formula del conflicto que genera estados de supervivencia en las partes involucradas. Bienvenidos al caos.
Las emociones no se controlan, pero ellas nacen a partir de enfrentar expectativa versus la realidad. Las expectativas si que las podemos controlar, aquí está el truco.
Esperar que las cosas que podrían pasar no pasaran sería una locura, el asunto es que no sabemos si van a pasar, no somos dueños del futuro, no podríamos asegurar que algo va a ocurrir en el futuro, es que ni siquiera existe. Muchos refuerzan su opinión basados en lo que sucedió, es mucho más fácil ser profeta en retrospectiva "yo sabía que iba a pasar...", y lo que están haciendo es programando sus expectativas para ser retadas por el mundo impermanente e impredecible en el que vivimos, como diría Epictéto: "disponiéndose a ser el títere de los externos(aquello que no podemos controlar)."
Reconocer que tu versión es solo eso, una versión de la realidad a veces puede parecer tarea difícil, pero como todo, con el tiempo podría convertirse en tu estado automático, por ahora utilizá la incomodidad y las emociones de bajos recursos como señal para trabajar en la virtud de empatizar y escuchar para entender, con curiosidad, asumiendo lo mejor de la otra persona y con disposición para llegar a acuerdos.
Somos seres fundamentalmente sociales que carecemos de las habilidades para socializar pero con el potencial humano de alcanzar la virtud cuando hay consciencia e intención.
En este preciso momento tu siguiente mejor paso es hacer lo mejor que podás. ¿Qué tal si por hoy te das permiso de asumir lo mejor de los otros y escuchar con curiosidad cuando algo no te haga sentido?
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