No dejés en manos de nadie más tu estabilidad emocional que tus mejores estados no dependen de nada ni de nadie.
«Entre estímulo y respuesta hay un espacio. En ese espacio está nuestro poder para elegir nuestra respuesta. En nuestra respuesta radica nuestro crecimiento y nuestra libertad.» –Viktor E. Frankl
El ideal de los filósofos estoicos era alcanzar un equilibrio o armonía sostenible ante todo, lejos del sufrimiento y permitiéndoles actuar desde la virtud pasara lo que pasara. Para ellos la meta era ser libres de sufrimiento, obteniendo todo lo que deseaban y viviendo lejos de todo aquello que rechazaban.
Pero, ¿cómo alcanzo esa libertad?, te podrías preguntar.
Claro, es que naturalmente sabemos que hay cosas que no se pueden controlar y aquí está la clave. Los estoicos se enfocaban en desear todo aquello que podían controlar y rechazar todo lo que podían controlar, en dirección a la virtud. Se trataba de un trabajo diario fortaleciendo el músculo de atención en su esfera de poder
Deseo actuar con empatía y razón, deseo tomar las mejores decisiones ante cada situación, deseo crecer fisicamente, emocionalmente y espiritualmente, deseo ser asertivo en mi comunicación, deseo encontrar el equilibrio en este preciso momento.
Rechazo los malos hábitos, sorprenderme por lo que hagan los demás, rechazo la pereza, rechazo la angustia, rechazo perder energía en los externos, rechazo actuar de maneras irracionales.
Y, ¿el resto?, o sea, ¿los externos?
Para los estoicos si existían ciertas ventajas en la vida física a las cuales denominaron "preferencias indiferentes", esto quiere decir que podrían sacarle el máximo provecho pero que si no las tuvieran o las perdieran, todo estaría bien.
Prefiero tener dinero pero si no lo tengo todo está bien, con pareja o sin pareja estoy bien, con trabajo o sin trabajo estoy bien, con alimento o sin alimento estoy bien, con reconocimiento o sin él estoy bien, resultados específicos que si logro estoy bien y sino también, etc.
Si bien es cierto no podemos controlar las emociones, nosotros si podemos anticiparlas trabajando en nuestras expectativas. No podemos controlar las cosas que nos sucedan pero siempre podremos controlar nuestra actitud ante ello.
Como lo que me pasó hoy, que justamente había finalizado mi primera versión de esta reflexión y por alguna razón se borró todo en absoluto, hubiera preferido haber terminado con la primera versión, pero el universo me dió la oportunidad no solo de poner en practica lo que escribo y pienso, sino también de a lo mejor hasta mejorar la forma en que la expongo.
"Esperar lo mejor y estar preparado ante todo", dijo Séneca.
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