No podemos pretender conocer el mundo de los demás.
Asumir que las cosas se deben de hacer según tu perspectiva, es una posición sesgada y llena de limitaciones.
Estamos acostumbrados a buscar el camino fácil asumiendo que las cosas se deben de hacer a mi manera, basar mis criterios y opiniones en mis expectativas, opinar por cada cosa que sucede, aconsejar a los demás como si yo fuera el portador de la verdad, generar emociones limitantes porque alguien no está haciendo las cosas como a mi me parecen correctas.
Por eso la empatía es un súper poder, porque a pesar de que es imposible que podamos saber lo que otra persona está pensando o sentir lo que está sintiendo, la empatía desde una posición de humildad, es la herramienta mágica para acompañar, apoyar y realmente querer entender el mundo del otro para entonces crear en conjunto.
La empatía no asume, la empatía no sabe, la empatía no se trata de “ponerse en los zapatos de los demás”... esto no es posible porque no existe forma alguna de que yo sienta lo mismo que el otro, pero con humildad y curiosidad si puedo preguntar y hacerle saber que le estoy acompañando, genuinamente.
Séneca decía que donde hay un ser humano, hay una oportunidad de ofrecer compasión. Cada quien está viviendo sus asuntos con intenciones que no conocemos y la empatía es realmente una habilidad que pretende conocer esas intenciones y los valores del otro para entonces satisfacer nuestra necesidad fundamental de conectar y crear posibilidades en el futuro, como tribu.
Caé en cuenta de que no sos el dueño de la verdad, la realidad es algo que es subjetivo, las etiquetas están de más, los juicios están de más, las expectativas sobre los otros están de más, date permiso de explorar posibilidades y reconocer grandeza en todos los seres humanos.
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