¿Te ha pasado que le contás algo a un amigo y te responde con historias personales que en su mente se asocian a la tuya?, ¿has sentido el impulso de aconsejar a quienes te buscan para hablar de temas delicados?, ¿será que hay veces en que estás físicamente frente al otro y al mismo tiempo estás pensando en muchas cosas más, hasta que mencionan tu nombre inesperadamente?, ¿cuántas veces has sentido que la otra persona escuchó lo que quería escuchar después de que expusiste tu punto de vista?, y con tus compañeros de trabajo o colaboradores, ¿será que les es fácil llegar a acuerdos y resolver conflictos?
Si buscás en google "habilidades de comunicación", esto te arroja hoy (15/02/21), 121 000 000 resultados en 0,49 segundos, si buscas "la habilidad de escuchar", son cerca de 13 500 000 resultados en 0,43 segundos que el buscador pone a tu disposición. Y la mayoría de nosotros seguimos teniendo problemas para entablar buenas conversaciones, resolver conflictos y llegar a acuerdos, tanto en nuestra vidas personales como profesionales.
Es por ello que quiero compartir con vos un estudio revelado en diciembre 2020, que demuestra que la razón por la cuál algunos no avanzamos en nuestras habilidades de comunicación es porque tenemos la tendencia de "escuchamos lo que queremos escuchar".
Como humanos, tenemos dos cualidades que nos caracterizan y dirigen la forma en que experimentamos y atendemos la vida; la primera es que somos seres fundamentalmente sociales, y la segunda es que, tenemos un cerebro que opera a partir de predicciones basadas en nuestro pasado individual.
Nuestro cerebro atiende lo que sucede, lo compara con lo que conoce(experiencia) y rápidamente hace una predicción.
Todo lo que sucede en el mundo exterior es filtrado por nuestros sentidos, al mismo tiempo que nuestros órganos generan y envían señales que nuestro cerebro debe procesar y significar en tiempo real. Nuestro cerebro utiliza como base para asignar significados a toda esta información nuestras experiencias pasadas.
Ya te podrías dar una idea de la distorsión de la realidad que cada uno de nosotros vivimos.
Todo lo que sucede pasa por nuestros ojos, manos, oídos, boca, nariz y de acuerdo a la "base de datos" de nuestro mapa mental tendremos la experiencia subjetiva y relativa de la realidad. Creamos un modelo del mundo de manera subjetiva a través de nuestros sentidos en un momento específico mientras experimentamos la vida.
Pero, ¿qué es lo que predice?, predice la acción "más apropiada" de acuerdo a lo que estamos percibiendo. Viéndolo de manera práctica, esta es la razón por la cual podemos manejar, podemos practicar deportes y sobrevivir ante las sorpresas del día a día. Gracias a las predicciones es que evitamos un tropiezo, esquivamos un carro o un peatón, huimos o nos defendemos sin pensarlo ante el ataque de un perro o un tiburón.
Pues bueno, básicamente consiste en la idea de que cuando nosotros creemos que algo es de cierta manera (sesgo de confirmación), buscaremos en nuestro entorno la información que verifique nuestra "teoría" e inclusive nuestros comportamientos se confirmarán nuestras ideas. Ejemplo sencillo: si yo creo que no puedo correr una maratón (lo cuál es cierto porque no he entrenado), no la voy a correr; dicho de otra manera que no limite mis comportamientos: No puedo correr una maratón por ahora. En la primera versión muy difícilmente tenga la iniciativa si quiera de entrenar, en la segunda versión dejo abiertas las posibilidades. Un ejemplo más: a Marta tuvo una experiencia con un terapeuta y ahora cree que la psicología cognitivo-conductual no es la más beneficiosa para un proceso emocional. Cuando Marta hace su búsqueda en google para verificar lo que sospecha, lo hace escribiendo en el buscador: razones por las cuales la TCC no es recomendada ó TCC no funciona. Inclusive cuando el algoritmo le haga llegar artículos o información adicional con estudios que van en contra de su creencia, Marta solo le pondrá atención y le dará click a los titulares que confirmen su teoría personal.
¿Por qué sucede este fenómeno?, porque nuestro cerebro aparte de trabajar por predicciones, tiende a el ahorro de energía, cualquier cosa que se salga de nuestro espectro implica un esfuerzo, gasto de energía, tanto físico como mental.
Ahora, ¿esto es un fallo de nuestro sistema?. No, no lo es. Es simplemente la forma en que trabaja nuestro cerebro para poder ser funcionales en nuestro nicho, al mismo tiempo que es la razón por la cual estamos aquí como individuos y civilización.
¿Has escuchado alguna vez a tus papás o tus abuelos decir cosas como: "es que la música de ahora es puro ruído"?, ¿Vos has estado expuesto ante algún idioma que jamás habías escuchado?, inclusive, ¿un acento distinto al que acostumbras?, también suele requerir de un gran esfuerzo y tu cerebro prácticamente no lo procesa.
Tu cerebro ante la exposición constante y/o la intención, logra guardar la suficiente información para poco a poco irle dando sentido a los nuevos estímulos y los nuevos patrones que ofrece la realidad.
No es casualidad que después de cierto tiempo escuchando un nuevo ritmo, ya lo empecés a descifrar, o después de años hayas logrado descubrir los patrones en tu amigo al que nadie entiende y vos si. Tu cerebro ya logró llenarse con suficiente información para poder predecir el estímulo.
En diciembre 2020 se publicó un estudio realizado por un grupo de científicos liderado por Alejandro Tabas en la Universidad Técnica Dresden de Alemania, en el que descubrieron evidencia que demuestra cómo funciona nuestro cerebro ante estímulos esperados e impredecibles. Al final de los experimentos lo que pudieron interpretar es que, nuestra representación neuronal del mundo exterior está directamente influenciada por nuestras pre-concepciones.
El experimento consistió en evaluar el comportamiento neuronal de 19 sujetos ante estímulos impredecibles. Lo que cada sujeto debía hacer era presionar uno de tres botones que correspondían a la posibilidad de un sonido diferente con respecto a siete tonos que sonarían durante 240 rondas en total. Imagináte que a vos como sujeto de observación te dicen que, en cada ronda van a sonar siete tonos, seis iguales y uno diferente que sonará en el "beat" 4, 5 ó 6. Tu tarea es detectar el tono diferente y marcarlo efectivamente en el teclado con tres botones que corresponden al "beat" 4, al "beat" 5 y al "beat" 6.
Mientras los participantes hacían su tarea los científicos escanearon sus cerebros con Resonancia Magnética para obtener imágenes de la corteza auditiva, en específico de la actividad en el Colículo Inferior y el Cuerpo Geniculado Medial. Los científicos notaron que había actividad en estas áreas, cuando el sonido diferente era impredecible, es decir, que se activaron al enfrentarse a un error de predicción. ¿Cómo llegaron a esta conclusión?, pues había actividad neuronal en estas zonas durante el "beat" 4 y 5, pero si el tono diferente quedaba para el "beat" 6 (esto resulta fácil de predecir y por lo tanto requería de menos esfuerzo y energía), provocaba una respuesta más rápida a partir de la detección del tono diferente.
Escuchamos lo que queremos escuchar. Cuando hay un sonido esperado, nuestro cerebro crea una predicción acorde con nuestro modelo de la realidad: nuestra corteza auditiva no tiene la necesidad de activarse por completo (Colículo Inferior y el Cuerpo Geniculado Medial), cuando escuchamos algo o esperamos escuchar algo diferente a nuestras preconcepciones(como esperar el sonido en el beat 4 o 5) entonces nuestro cerebro se preparara para estar presente y atento.
Con esta investigación los científicos concluyen que en definitiva lo que nosotros percibimos de la realidad está profundamente contaminado por nuestra versión subjetiva de la realidad.
Escuchamos lo que esperamos escuchar pero esto no resulta en una debilidad, de hecho gracias a ello es que podemos utilizar otros sentidos para disfrutar ciertos ritmos en la música cuando los hemos logrado descifrar. El asunto es que para ser mejor líder, mejor comunicador y asumir la responsabilidad para tener mejores relaciones debemos prestar atención, dejar de lado nuestros juicios e ideas para escuchar realmente lo que el otro está diciendo.
Nuestro cerebro funciona ahorrando energía, guardando patrones, ideas y conceptos para ser funcionales en este mundo, y al mismo tiempo, si queremos ser maestros de nuestras habilidades y de nuestro entorno, debemos estar dispuesto a esforzarnos por renunciar a lo que creemos conocer y disponernos a aprender de lo impredecible.
La próxima vez que vayas a entablar una conversación, quizás sea una buena idea recordarte que para utilizar tu cerebro a tu favor, podrías dejar de lado tus ideas, como vaciando la taza de té y darte permiso de estar presente para la otra persona.
Por alguna razón tenemos dos oídos y solo una boca.
-Zenón de Citio
Jorge
50% Complete
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit, sed do eiusmod tempor incididunt ut labore et dolore magna aliqua.