Luego de leer un artículo de la renombrada bióloga Isabel Behncke en el cual ofrece su perspectiva a partir de su experiencia estudiando animales socialmente inteligentes en libertad y en cautiverio, me nace compartir con vos lo que fluye en mi mente.
Behncke se refiere a los seres humanos como seres sociales y cómo esta situación actual nos está uniendo de una manera sin precedentes, literalmente a todo el mundo le está afectando lo mismo. Somos nosotros versus eso, y eso es: el virus. Con todas las consecuencias económicas y sociales por supuesto.
Es cierto que alcanzar metas morales tan altas está reservado a pocas personas. De entre los prisioneros, solo unos pocos conservaron esa fortaleza y fueron capaces de aprovechar los atroces sufrimientos para lograr la madurez interior. Pero incluso si solo se hubiera tratado de un único caso, este bastaría para demostrar que la libertad interior puede elevar al hombre por encima de un destino adverso, y eso no solamente en un campo de concentración. Cualquier ser humano a lo largo de su vida, se verá enfrentado a su destino y tendrá la oportunidad de convertir un estado de sufrimiento puro en una hazaña interior.
-Viktor Frankl
Somos el ser social dominante en este mundo y nos está doblegando eso que no se ve. Las consecuencias pueden ser mayores a las que se refieren a salud si no nos volvemos conscientes y no trabajamos en disipar el impacto cognitivo y emocional que pueda traer consigo, nuestro nuevo estilo de vida.
Nosotros no solamente evolucionamos en medio de la naturaleza sino que estuvimos acompañados de más humanos en el proceso. Cuando conectamos lo hacemos en diferentes esferas sociales y esto lo hacemos de manera consciente e inconsciente, en la mañana capaz que conversas con tu pareja o familiares pero cuando vas al trabajo entras en contacto con muchas más personas y esto promueve hormonas y químicos que te ayudan a equilibrarte, sobre todo con interacciones agradables.
Necesitamos movernos para alcanzar nuestros estados de más altos recursos, generar más vitalidad y energía en nuestra fisiología. Somos susceptibles a la información y los eventos, sobre todo a partir de nuestras perspectivas, pero no hay intención que valga si nuestro cuerpo no está reaccionando óptimamente, por lo que es necesario invertir tiempo en movernos, meditar, respirar, hacer yoga, correr, caminar, hacer cosas nuevas y encontrar espacios de conexión con la naturaleza así sea en el patio de nuestra casa. El truco está en sacar el máximo provecho de los recursos.
En el libro "el Buda entra al bar" de Lodro Rinzler hay una frase que se me quedó grabada: "Si crees que estás iluminado, pasa un fin de semana con tu familia". La comunicación es la clave sin embargo no nos han enseñado a comunicar nuestras emociones, necesidad y por alguna razón estúpida nuestro cerebro cree que nuestras expectativas deben ser cumplidas por obra y gracia del universo y para ello enciende el mismo instinto de supervivencia que si tuviera un león en frente.
Es un buen momento para crear espacios de dialogo, desde el amor y la empatía, colocar objetivos, conversar sobre roles, comprender que es un momento en el que el universo no está enviando de nuevo al núcleo para aprender una lección valiosísima: la comunicación empática.
Entendiendo empatía como la habilidad de querer comprender, acompañar y apoyar genuinamente al otro, sin juicios, presuposiciones ni etiquetas.
En momentos de crisis, hacé una pausa, medita, camina, reflexiona, escucha música, distraete un rato, y luego volvé a conectar para llegar a acuerdos.
Desde niños hasta adultos el juego puede ser desde literalmente jugar, fiestas, conciertos, eventos deportivos, etc.
Son necesarios porque aparte de conectar socialmente, nos ayudan a conectar con químicos del placer y la felicidad. Lo que está pasando no nos debe de limitar y es por ello que es necesario ponernos creativos y creativas, inventar nuevas formas de experimentar, aprender cosas, dedicar más tiempo a hobbies, ver comedia, etc.
De acuerdo a las condiciones, si tenés que conectar con alguien entre más sentidos se vean activados mejor. Si vas a hablar con un amigo es preferible verle con careta o mascarilla a no verle, si es imposible, una video llamada es mejor que una llamada, si no se puede, una llamada es mejor que un mensaje de texto.
Lo que está pasando nos quiera dejar una enseñanza.
Las cosas no generan nuestras emociones, las cosas externas no pueden tocar nuestra mente, nuestras perspectivas cambian la forma en que experimentamos el mundo. Es momento de darse amor, darse empatía. que inclusive está comprobado que etiquetar una emoción de "negativa" provoca que nuestra experiencia sea mucho peor de lo que sería si simplemente acepto la alerta que me está enviando mi cuerpo para prestarme atención.
Visto de una forma esperanzadora, no puedo dejar de pensar en el libro "El hombre en busca de sentido" de Viktor Frankl, quien lo escribiera luego de haber sido preso del holocausto. Frankl escribía sobre su experiencia desde la observación y contaba lo sorprendente que es el ser humano, que aún en las peores condiciones, en las más deplorables en cuanto a salud y entorno, puede seguir vivo y adaptándose. Nuestra mente y el propósito, son más poderosos de lo que realmente creemos.
Es momento de conectarte con una aceptación, pero una aceptación activa con la que le sacarás el máximo provecho a el destino.
Jorge
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