No sé si te acordás, como yo, de cuando estabas en la escuela y la profesora explicaba un tema, y preguntaba: “¿alguien tiene alguna pregunta?”, y se creaba una atmósfera compleja en la que quien preguntara se convertía en “El Sapo” de la clase, además de revelar la vulnerabilidad del desconocimiento. Y en una sociedad en la que se premia al que más sabe y no cuestiona y se censura al quiere llegar a la raíz del asunto, se mantiene el sistema.
No es de extrañarse entonces que exista un bloqueo en la capacidad de hacer preguntas en nuestras relaciones interpersonales de lo cotidiano, en el trabajo, en la familia, con los clientes, con la pareja, y hasta con los hijos.
Cada humano percibe el mundo diferente a vos, entiende el mundo diferente a vos, expresa el mundo diferente a vos, imagina el mundo diferente a vos y lo recuerda diferente a vos.
“Ah, pero mis amigos no, ellos no son tan diferentes”, podrías pensar, en realidad lo que lograron intuitivamente o por casualidad, es tener una realidad compartida y una sensación de entendimiento.
¿Cómo lo podemos lograr con todo el mundo?
Una realidad compartida es muy importante porque es la forma en que logramos conectar y construir, entender y crear posibilidades.
Estamos muy acostumbrados a ver las cosas como blanco o negro, bueno o malo, correcto o incorrecto, pero el mundo es más complejo que esto. Lo podemos percibir al escuchar los puntos de vista aislados que surgen de acuerdo a las experiencias individuales de cada persona.
Entonces, si logramos encontrar sentido a la complejidad, ¿qué nos queda? Pues aprender lo que no sabemos.
“Si el conocimiento es poder, saber lo que no sé, es sabiduría”
-Adam Grant
Debemos encontrar la curiosidad necesaria para preguntar sin que la otra persona se sienta cuestionada, sino más bien reconocida. Para lograrlo te comparto dos premisas: La primera, las cosas son complejas y no binarias. La segunda, todos tenemos una perspectiva diferente de las cosas, por lo tanto sabemos algo que los demás no saben y viceversa.
Si querés saber algo de la otra persona; lo que siente y piensa, sus intenciones, valores, ideas, opiniones, necesidades, etc. Lo que debés hacer es preguntar.
"Nadie aprende lo que cree que ya sabe"
-Epicteto
Nos hemos acostumbrado a asumir, rellenando huecos y atando cabos, por el simple hecho de que nuestra mente busca darle sentido a todo y nos enseñaron que vale más nuestro conocimiento que nuestra curiosidad. Hoy en día podríamos reconocer cómo el acceso a la información nos deja con una idea remota de muchos temas, que se vuelven “un océano de conocimiento con un milímetro de profundidad”, parafraseando a Isaac Newton, y si lo llevamos a las interacciones sociales, sería como pretender leer mentes cuando asumimos las intenciones de los otros.
Tips para hacer preguntas:
Lista de preguntas del día a día:
Para entender opiniones
Para descubrir posibilidades
Si querés aprender más sobre comunicación humana, te invito a prestar atención a las redes sociales de @themindcoachcr y @academiamindcoach porque vamos a estar ofreciéndote contenido de valor en relación a estos temas y algo está por llegar para que despertés tu potencial humano.
Jorge
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