Lo que hizo de Alejandro alguien Magno

“De la realización de cada uno, depende el destino de todos”.-Alejandro Magno

 

Aproximadamente 330 años antes de Cristo, un jóven macedonio conquistó el mundo con determinación para convertirse en el rey de Persia— rey de reyes. ¿Qué es lo que hizo que este jóven lograra tan extraordinarias hazañas? Sin duda un gran dósis de suerte(no a cualquier le entregan sin mayor esfuerzo el Imperio Egipcio y le convierten en Faraón). Pero existe algo más y de lo que todos debemos aprender para actuar al nivel de nuestros sueños.

A sus 20 años el jóven príncipe, Alejandro, es impulsado por su madre a tomar el trono de Macedonia y a conquistar el mundo. Alejandro tenía una determinación sin igual en dirección a sus metas, además de una forma de ver la realidad que le permitió manifestar con hechos todo aquello estaba en su mente.

Es indudablemente sorprendente conocer la historia de un jóven que no se conformó con tomar el poder de su pueblo, sino que se propone avanzar y conquistar el imperio más grande del mundo(el Imperio Persa), con determinación y estrategia. Pero no es de extrañarse que su actitud sea tal, cuando de su lado juega una versión de la realidad a la que pocos, por no decir casi nadie, ha asumido como propia.

La historia cuenta que una vez que Alejandro tomó el trono macedonio, Olimpia— su madre— se encargó de acompañarle para programar su mente de una forma poderosa y sistemática en un nivel tan poderoso que determinó el resto de su vida. En una serie de rituales y muchas conversaciones, Olimpia convenció a Alejandro de ser el hijo de Zeus. Y en el nivel más elevado de la mente, Alejandro lo vivió como un hecho. Ya podremos entender la psico-lógica que hizo que el famoso rey, se propusiera metas ambiciosas e hiciera lo que estaba en su poder hasta lograrlas.

 

El Marco de Identidad

El marco de identidad es que el que gobierna el resto de constelaciones de significados con los que vivimos nuestra vida. La pregunta fundamental para conocer este marco es, ¿quién soy yo?. Así mismo, ¿quién tengo que ser para lograr x cosas? ¿En quién me tengo que convertir para hacer y cosa? ¿Qué debo creer de mí para hacer las cosas de esta otra manera?, etc.

Los seres humanos estamos determinados por el set de creencias que se han programado en nuestra mente desde que nacemos. Podríamos decir que para la mayoría de adultos, la porción más grande de ideas confirmadas en nuestra mente sobre el mundo, los otros, nuestras capacidades, el tiempo y nuestra propia identidad, no fueron elegidas. Y con estas referencias es que operamos.

¿Qué es una creencia? Una creencia es una idea confirmada, es decir, una idea a la que de alguna forma le he dicho "sí, es cierto". Y esto sucede por:

  • Autoridad. Alguien a quién se ha colocado en una posición de autoridad lo dijo, lo leíste en un libro, es basado en creencias espirituales,etc.
  • Repetición. El número de veces que necesitás escucharlo para aceptarlo y confirmarlo.
  • Intensidad. Por un evento emocionalmente relevante, una idea expresada con pasión o convicción. Un evento tan emocionalmente impactante que tu cuerpo dice “esto tiene que ser real”.
  • Familiaridad. Tradiciones familiares o culturales, una idea que te resulta cercana y te resulta familiar. Un “aha moment".
  • Lógica. Cuando una idea tiene sentido para vos. Lógica de acuerdo a tu manera de ver el mundo.

El asunto es que cuando una idea ha sido confirmada,—creencia— se convierte en comando para el sistema nervioso. Nuestros comportamientos son producto de nuestras creencias. Nuestros comportamientos son la representación más fiel de nuestras creencias.

 

El hijo de Zeus

Hoy en día creerse el hijo de Zeus o cualquier otra deidad no sería muy bien recibida, sobre todo por una sociedad que ha valorado más la razón que la mística en los últimos siglos. Pero comprendiendo el impacto de una creencia tan poderosa a nivel de identidad, solo imagina lo siguiente, si alguien se percibiera como el hijo de Zeus(como Alejandro Magno):

  • ¿Cómo vería el mundo?
  • ¿Qué pensaría de los otros?
  • ¿Qué emociones estarían vivas?
  • ¿Qué tipo de metas se propondría?
  • ¿De qué manera actuaría?
  • ¿Cómo asumiría los retos?
  • ¿Cuál sería su actitud ante la muerte?
  • ¿En dónde pondría su atención en el día a día?
  • Etc.

Después de "Yo soy", lo que viene es muy poderoso.

 


 

"Decide qué tipo de persona quieres ser y mantente firme en ello, a solas y entre otros."-Epicteto, Enchiridion, 33

 

No es necesario creerse un dios para vivir la vida al máximo. Pero me pregunto, ¿qué creencias tenés hoy sobre vos mismo que te están limitando de actuar en congruencia con la vida que querés vivir?. Los seres humanos, si bien es cierto estamos determinados por el pasado (los aprendizajes que hoy se han convertido en nuestro hábitos mentales) no estamos condenados a seguir repitiendo la historia, pues, como todo lo que está vivo, estamos sujetos al cambio. Para cambiar, ¿qué tal si comenzamos por atender el set de creencias más importante en nuestra experiencia de la realidad? Las creencias sobre el "yo".

Sé intencional en el tipo de pensamientos que dejás habitar tu mente. Empezá a utilizar tu capacidad reflexiva para alinear tus creencias con la vida que querés vivir. Y actúa en congruencia con tus sueños.

Jorge

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