De abundancia y gratitud

Abundancia y gratitud 

Nuestra naturaleza nos lleva a prestar atención a las cosas que no existen— a lo que no tenemos. Lo que provoca una insatisfacción constante que nos lleva a crear, movernos y trabajar por nuestros objetivos. Lo que sucede es que cuando no existe una intención esto te puede llevar a tener comportamientos nocivos para con nuestro bienestar físico, mental y emocional. Claro, ya sabés que la ropa nueva, el carro nuevo, el viaje y todo lo demás, deja un vacío luego de unos instantes de placer.  

Por la forma en que se ha estructurado nuestra mente, nosotros filtramos las situaciones por medio de un set de creencias, vivencias del pasado, aprendizajes, improntas y una cultura que nos ha influenciado, convirtiéndonos en creadores activos de la realidad. 
Lo que quiero decir es que, no es lo que suceda lo que te provoca una experiencia emocional sino tu opinión con respecto a eso que sucede y tu opinión es el producto de tu pasado. Esto no es condena, es un punto de partida. Siempre podemos actualizar lo conceptos con los que evaluamos las situaciones, siempre podemos aprovechar la neuroplasticidad de nuestro cerebro para flexibilizar nuestro mapa interno del mundo externo.

 Si somos creadores activos de la realidad entonces, podríamos notar cómo nuestras ideas personales pueden teñir de forma subjetiva cada cosa a la que prestamos atención. De ahí que podrías darte cuenta de cómo ciertas personas tienden a ver el mundo desde lo pesimista y otros desde lo optimista, otros desde la responsabilidad individual mientras que otros desde el pensamiento mágico, algunos prefieren estructura y otros posibilidades, algunos cuentan mientras que otros descuentan. Estos son unos cuantos filtros que tiñen nuestra experiencia, no es que estén bien o estén mal, más bien la pregunta sería, ¿te sirve ver el mundo desde ahí en este momento o en esta situación? Porque, habrán eventos que requieran algo de nuestra parte que se nos da naturalmente a como habrán situaciones que demandan que flexibilicemos nuestra mente para actuar más sanamente. 

 Entonces, ¿qué tiene que ver esto con la abundancia y la gratitud?, Pues todo y mucho. La abundancia está profundamente conectada a tu capacidad de prestar atención a “lo que es”, darte cuenta de tu conexión con el todo y vivir en un mundo de posibilidades, cambio y fluidez. Abundancia es ser capaz de hacer buen uso de lo que sí tenés sin gastar demasiada energía en lo que no tenés. Cuando tu filtro para percibir la realidad es la abundancia, en vos nacen actitudes prosociales e individualmente encontrás armonía interior. 

La gratitud se ha convertido en una practica que ha sido estudiada por décadas, demostrando su poder sanador. La gratitud es la consciencia o el reconocimiento de haber sido beneficiado. Pero agradecer  no debe ser una lista artificial de cosas que no se repitan por una semana, porque a algunos se les puede acabar y por ende activan el filtro descontandor.  La practica sana de gratitud consiste en momento a momento, genuinamente encontrar el valor de las cosas, es decir, asignar altos significados a las cosas que te suceden. Además sentirnos merecedores de aquello que nos sucede y por último darnos el permiso de sentir eso que sucede como un regalo.

1. Percibir el valor de las cosas.
2. Merecer las cosas.
3. Percibir las cosas como un regalo.

Si reconocés que la realidad en la que vivimos es altamente cambiante e impredecible, que todo es efímero, que nada está asegurado, ¿a qué decidís prestar atención en tu vida?. La gratitud por sí misma es un entrenamiento y conforme lo vayás volviendo parte de tu día a día, vas a ir notando grandes beneficios personales y conectando con la abundancia, permitiéndote sorprenderte por lo que te traiga vida misma sin dejar de trabajar intencionalmente por tus objetivos más significativos. No desde la necesidad sino desde la apertura.

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Jorge